Un gene para prolongar la vida
( Publicado en Revista Creces, Enero 2001 )
Si hay algo que nadie puede eludir, es la muerte. Sin embargo todos queremos postergar lo más posible este trance. Es por ello que son muchos los investigadores que están dedicados a investigar el proceso del envejecimiento, buscando alguna droga o recomendando algún comportamiento que logre prolongar la vida. Los resultados han sido pobres y tal vez la única demostración experimental en que realmente se logra prolongar la vida es a través de someterse a una dieta baja en calorías, que lleve prácticamente a una desnutrición. Las ratas a las que se les administra una dieta que contiene sólo el 60% de las calorías que normalmente necesitan logran vivir un 40% más. Algo parecido se ha observado también en monos. Es muy posible que ocurra lo mismo en el hombre, pero no parece práctico someterse a una desnutrición para vivir algunos años más
(La historia de la vejez).
Ahora parece que la falla en un gene permite prolongar notablemente el promedio de vida. Se trata de una investigación realizada por Stephen Helfand y sus colaboradores de la Universidad de Connecticut en Farmington (Health Center). En la mosca de la fruta descubrieron un gene que, cuando se altera, se prolonga al doble la vida de la mosca (Science, Diciembre 15, vol. 290, pág 2048, 2000). "Este descubrimiento abre posibilidades de proyectarlo a los seres humanos, siempre que en ellos se encuentre el mismo gene u otro parecido", dice Seymour Benzer, genetista del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, quien hace dos años descubrió en la mosca de la fruta otro gene que prolongaba la vida, y que el denominó "Matusalem" (Science, Octubre 30, 1999, pág. 856).
El gene recién descubierto codifica una proteína que se ha llamado "Indy (por: I` am not dead yet), cuya función está relacionada con el transporte de metabolitos a través de las membranas celulares, y además recicla algunos productos metabólicos. Helfand piensa que su alteración hace que el metabolismo de la mosca sea menos eficiente. Según él, este efecto sería muy semejante a lo que se observa en la rata sometida a una dieta hipocalórica.
Lo interesante es que la alteración de este gene no parece producirle mayor problema a la mosca, ya que vuela tan bien y con tanto vigor como una mosca normal. Del mismo modo, se reproduce y coloca sus huevos como lo hacen otras moscas.
Estos resultados han despertado gran interés en la industria farmacéutica, ya que a partir de ellos sería posible llegar a diseñar una droga mágica que extienda nuestra existencia en la Tierra. Por ahora hay un límite natural que no va más allá de 120 años (sólo en una persona en el mundo ha sido posible comprobar que haya sobrepasado esta edad).