Esta nuez es la droga más usada en el mundo después de la nicotina, el alcohol y la cafeína. Tanto en Africa como en Asia y el Pacífico, existe el hábito de mezclar la nuez con torrejas de limón, envolverla en una hoja y masticarlas, para luego escupirla, lo que deja a los usuarios con un tinte rojo en los dientes.

Roger Sullivan y sus colaboradores de la Universidad de Auckland, han investigado su efecto en el alivio de los síntomas de la esquizofrenia. Ellos se ubicaron en la República de Palau en el Pacífico Occidental, donde dos de cada 100 isleños sufre de esquizofrenia. Esta cifra es dos veces superior a lo que se puede encontrar en cualquier otro lugar del mundo. Estudios anteriores realizados en seis generaciones de familias de Palau, permitieron identificar un gene en el cromosoma 2 que está ligado a esa enfermedad. Por el aislamiento, el gene se ha extendido en la población.

Cerca del 70% de los palahuences practica el hábito de masticar la nuez betel. El hábito es aun más marcado en los esquizofrénicos. Los investigadores seleccionaron a 70 pacientes esquizofrénicos. Comprobaron que los que masticaban más de 10 nueces diarias, presentaban menos síntomas, como alucinaciones, embaimientos y depresiones, en relación con los esquizofrénicos que no practicaban este hábito.

Sullivan cree que algún alcaloide en la nuez es el responsable del efecto terapéutico. Se sabe que ella contiene "aerocolina", que es similar al neurotransmisor acetil colina. También es conocido que al elevar los niveles de acetil colina en el cerebro, se reduce la producción de otro neuro transmisor, la dopamina. Este es un efecto que ha permitido desarrollar un método para tratar la esquizofrenia. Sullivan sugiere que el alcaloide de la nuez betel, puede también indirectamente reducir la producción de dopamina. "Si ello fuera así, podría ser ésta una nueva droga para tratar los síntomas de la esquizofrenia", dice Sullivan.