Por primera vez científicos de Estados Unidos, demostraron que los monos se hacían adictos a ella en la misma forma que sucede con la cocaína o la morfina. El hallazgo tiene muchas aplicaciones para los que se preocupan del consumo de drogas, y va a obligar a ser más estricto en la reglamentación de su uso.

Sin embargo estos resultados no han sido aceptados por todos. De hecho, los que abogan por la legislación del uso de la marihuana, afirman que el experimento es pseudo-ciencia.

El experimento fue realizado por Steven Goldberg y sus colaboradores del National Institute on Drug Abuse en Baltimore, Maryland. Para ello construyeron un dispositivo en que cada vez que el mono tocaba un botón, automáticamente se inyectaba THC, que es la sustancia activa de la marihuana. Rápidamente los monos aprendieron y se inyectaban la sustancia hasta treinta veces en cada sesión. Más tarde, al darles una droga que bloquea el receptor para la marihuana en el cerebro, los monos dejaban de presionar el botón.


(New Scientist, Octubre 21, 2000, pág. 23).