Captar energía en el espacio y enviarla a la tierra
( Publicado en Revista Creces, Enero 2002 )

La idea es colocar en el espacio una gran cantidad de células fotovoltáicas para que capten la energía solar, convertirla luego en microondas, y enviarla a la Tierra, donde se volvería a transformar en electricidad para su uso. Según Hiroshi Matsumo, de la Universidad de Kioto, después que la idea se había abandonado por muchas décadas, ahora se vuelve a resucitar. "Es la única forma que podemos garantizar que dispondríamos de energía suficiente para un mundo que continúa creciendo y que trata de mejorar sus condiciones de vida", señala Matsumo.

Lo concreto es que la Agencia Nacional para el Desarrollo del Espacio (NASDA) de Japón, ha encargado a dos grupos industriales para que estudien el programa de captación solar de energía en el espacio, que debiera lanzarse en los próximos 10 años. Junto a ello, el Ministerio de Economía, Negocio e Industria (METI), separadamente está también financiando otro estudio para comercializar la energía captada en el espacio. Finalmente, Matsumo ha recibido recientemente 3.5 millones de dólares del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, para el desarrollo de antenas de microondas y retransmisores.

El interés por la captación de la energía solar en el espacio también está en otros países. La Agencia Francesa del Espacio (CNES) ya está pensando en instalar la primera transmisión de electricidad inalámbrica en las islas Reunión, en el Océano Indico, pensando que el sistema podría utilizarse para proporcionar energía a robots en Marte o en la luna. Por su parte John Mankins, director de NASA, dice que espera un aporte de 22 millones de dólares en los próximos dos años, para comenzar los estudios del aprovechamiento de energía solar en el espacio. (New Scientist, Diciembre 8, 2001, pág. 22).

Para que el proyecto tuviese sentido, hay que previamente colocar muchos kilómetros cuadrados de paneles solares en una órbita geoestacionaria. Allí captarían la energía para ser usada en la Tierra. En todo caso, experimentos ya realizados por el Instituto del Espacio y Ciencias Astronómicas, han logrado transmitir rayos de microondas desde un rocket a otro, confirmando que la pérdida en el espacio es nula. También se ha demostrado que con microondas por debajo de 10 gigahertz, sufre una disminución mínima por el vapor de agua atmosférico, cosa que se estimaba podría ser un problema. Obviamente que el costo más alto va a estar en la instalación de los paneles solares en el espacio. Para tener una idea cabe señalar que por lo menos se va a requerir de 1000 viajes del transbordador para trasladar al espacio el material necesario (más que los viajes que está requiriendo la construcción y mantención de la Estación Espacial Internacional). (Science, Noviembre 9, 2001, pág. 1273).


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