Vacunas con RNA del germen
( Publicado en Revista Creces, Mayo 1999 )

Las vacunas actúan entregando al sistema inmunológico (linfocitos) una información previa de un futuro agresor, de modo que cuando éste realmente llegue, sea rápidamente reconocido y disponga de todos sus armamentos preparados para el ataque y posterior destrucción del agresor. En el organismo, es el linfocito el que al entrar en contacto con la vacuna, produce anticuerpos específicos contra ese germen, de modo que si éste más tarde trata de atacar, los anticuerpos lo destruyen. Es por esto que las vacunas se preparan con los mismos microorganismos que producen la enfermedad, pero previamente atenuados o muertos.

También se sabe que no es necesario producir una vacuna con el germen entero, sino que bastan proteínas específicas constituyentes de él. Los linfocitos preparan anticuerpos contra esas proteínas que al entrar en contacto con el germen lo inutilizan.

Ultimamente se ha ido más lejos y se ha visto que no son necesarias las proteínas, y que basta con inyectar el gene que en el bacterio codifica una proteína. Es decir se inyecta el gene del microorganismo (DNA) y éste induce en el organismo humano la producción de la proteína del microorganismo, la que a su vez lleva a la producción de anticuerpos contra esa proteína (Creces, Julio 1998, pág. 37). Esto sin duda que es un avance, ya que la preparación de estas vacunas es fácil y barata (se ha estandarizado la producción sintética del DNA) y al mismo tiempo no tienen riesgo, como es por ejemplo el usar microorganismos atenuados que en ocasiones producen efectos no deseados. Sin embargo, la inmunidad lograda (niveles de anticuerpos) no alcanza a los niveles que se desea, pues el organismo sólo produce anticuerpos mientras el DNA se mantiene funcional, lo que no dura mucho.

Buscando una solución alternativa, Christian Mandl y sus colaboradores, de la Universidad de Viena, en lugar de inyectar el DNA de la proteína del germen inyectan el RNA, que es la molécula que en definitiva codifica la proteína del germen (la información está en el DNA, pero quien lleva el mensaje para que la célula sintetice la proteína es otra molécula: el RNA). (El código genético). Para ello fabrican el RNA sintético y lo colocan en perlas de vidrio microscópicas. Con estas perlas cargan una pistola, como si fueran balas ("pistolas de genes") (ver figura) y la disparan contra la piel del paciente. Con ello han visto que se produce una excelente respuesta inmunológica mil veces mayor que cuando se usa el DNA. Utilizando el RNA hay otra ventaja adicional, y es que no se corre ningún riesgo de alterar el genoma de la célula. Inyectar el DNA de la bacteria presenta el riesgo que éste se introduzca en el genoma propio de la célula y allí provoque problemas. Si se inyecta en cambio el RNA, este riesgo no existe, ya que no hay RNA en el genoma. Con esta nueva técnica se espera preparar diversas vacunas, especialmente contra a fiebre amarilla y la polio, que son causadas por virus que contienen sólo RNA (retrovirus). (Nature Medicine, Diciembre 1998).


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