El hombre de los hielos sigue entregando información
( Publicado en Revista Creces, Enero 1998 )

Fue en el año 1991, que se encontró en los Alpes (entre Austria e Italia) cubierto por los hielos, un cadáver humano perfectamente conservado. Tanto que parecía reciente, pero por su análisis se comprobó que había vivido 5.000 años. Para los científicos ello constituía un gran hallazgo, ya que nunca antes se había encontrado un cadáver tan bien preservado durante tanto tiempo. Desde entonces hasta ahora, él ha sido meticulosamente estudiado por un amplio equipo de científicos de diversos centros.

A través de diversos análisis se había calculado su edad en el momento de su fallecimiento, entre 25 y 40 años. Ahora nuevos datos permiten asegurar que tenía cerca de 50 años. Pero aparte de eso, muchas otras preguntas están tratando de responderse: ¿quién era?, ¿qué hacía en esas alturas y solo?

Desde luego que el cadáver tiene muchas curiosidades. El hombre había sido castrado, y todo indica que ello fue durante su juventud, por lo que algunos creen que pudo haber sido un religioso o un chaman. En todo caso, debe haber sido alguien importante, porque no era fácil llegar en esos tiempos a los 50 años de dad. El cadáver además llevaba todas las insignias que corresponderían a un rango elevado.

Otra de las incógnitas es el significado de numerosos tatuajes en su piel. Los primeros estudios permitieron detectar unos 20 tatuajes, pero un análisis reciente por infrarrojos de las zonas más oscuras de la piel, permitió captar 37 nuevos tatuajes, localizados en sus articulaciones. Pero lo más interesante es que las pruebas radiológicas y tomográficas, concluyen que las citadas articulaciones sufrían de artrosis, gota o reuma, lo que hace pensar que los tatuajes eran algún tipo de medidas terapéuticas, semejante a lo que hoy conocemos como acupuntura.

Otro hallazgo reciente señala que su tejido pulmonar muestra un estado antracótico similar al que presentaría hoy un fumador empedernido. La única explicación para este hallazgo, es que en aquellos tiempos el hombre vivía en cuevas, en el interior de las cuales encendían hogueras. El humo de esas hogueras sería el culpable del daño pulmonar.

Los estudios continúan y seguramente que el hombre de los hielos continuará entregándonos mayor información.


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