Como aminorar el daño del tabaco
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2003 )

Sabemos que el cigarrillo produce adicción de la que es muy difícil desprenderse. Es así como a pesar de los enormes esfuerzos realizados para disminuir el hábito de fumar, éste continúa en alza. La Organización Mundial de la Salud señala que si bien es cierto que el hábito ha disminuido en algunos países occidentales, en el ámbito mundial continúa incrementándose. Ante esta realidad parece oportuno que se ensayen otros métodos, que si bien no disminuyen el hábito de fumar, por lo menos podrían disminuir los daños que el cigarrillo produce.

Últimamente algunas empresas han comunicado resultados promisorios con el uso de drogas que disminuirían los efectos nocivos del cigarrillo. Una de ellas afirma que han logrado una droga que impediría el daño que el cigarrillo provoca en el tejido pulmonar, mientras otra había afirmado anteriormente haber encontrado otra droga que disminuiría el riesgo del cáncer del pulmón. Sin embargo, estos anuncios que podrían aparecer como positivos, han producido reacciones contradictorias. Los que están empeñados en las campañas anti-cigarrillos, afirman que drogas de esta naturaleza serían perjudiciales, dado que harían que los fumadores se sometieran tranquilos y no hicieran los esfuerzos para dejar el hábito de fumar. En cambio, los que se preocupan más por la salud pública, ante el escaso resultado de las campañas, el anuncio les parece positivo.

El cigarrillo irrita los tejidos pulmonares, atrayendo hacia ellos células inmunológicas, como son los macrófagos y neutrófilos, que producen enzimas que destruyen los tejidos y afectan su elasticidad, lo que finaliza con problemas pulmonares, como el enfisema. La empresa biotecnológica, "Arriva" de California, ha creado una droga conocida como GM6001, que impide este daño pulmonar bloqueando una enzima de matriz metaloproteasica (MMPs). Si se exponen ratas al humo de cigarrillo durante seis meses, se producen importantes daños pulmonares, pero si simultáneamente ellas respiran una dosis diaria de MMPs, el daño pulmonar es mucho menor (Scientific American, Octubre 4, 2003, pág. 11). En la actualidad ya se ha iniciado un ensayo clínico para evaluar el efecto en humanos.

Por otra parte, Raymond Bergan de Northwestern University en Illinois, ha terminado un ensayo clínico con otra droga (el olipraz), que protege a los fumadores de cáncer del pulmón. La droga estimula al organismo para que produzca enzima que destruyen las substancias carcinogenéticas. (Scientific American, Abril 7, 2001, pág. 4).

Con todo, aún si GM6001 y el olipraz logran demostrar que efectivamente previenen los efectos ya descritos, esto no significa que prevengan todos los daños que puede producir el cigarrillo. Por ejemplo, el tabaco incrementa el ritmo cardíaco y la presión arterial y ayuda a formar coágulos en las arterias, todo lo cual a su vez incrementa los riesgos de ataques cardiacos y accidentes vasculares cerebrales. Por otra parte, cerca del 90% de los accidentes vasculares periféricos, que pueden llevar hasta la amputación de los miembros, son producidos por el tabaco. Es decir, estas drogas no son la panacea, pero ante el fracaso de las campañas antitabaco, bienvenidas sean. En definitiva ellas tienen por objeto disminuir los daños del tabaco, más que eliminar el hábito de fumar.

Ya antes hacíamos notar que podía ser beneficioso que las empresas tabacaleras llegaran a producir cigarrillos más saludables (Cómo disminuir el daño del tabaco), como mejorar los filtros y disminuir en ellos las substancias carcinogénicas.


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