La carretera al Polo Sur
( Publicado en Revista Creces, Agosto 2004 )

Próximos a cumplirse los cien años del épico viaje de los exploradores Amundsen y Scott al polo Sur, ahora se construye una espléndida ruta para llegar al mismo lugar, pero en bus.

En los últimos dos meses, aprovechando las 24 horas de luz del día del verano en el hemisferio sur, los bulldozer trajinan y remueven los hielos y la nieve para construir un camino, desde la costa hasta el polo. Según lo planificado, la ruta de 1600 kilómetros, deberá estar terminada en Marzo del 2005. La carretera, que no tendrá líneas de cruces de cebra, ni luces rojas, está siendo cavada sobre el hielo mismo, aprovechando la nieve para rellenar las grietas que van encontrando.

Su inicio está en la base de Estados Unidos en McMurdo, en el mar de Ross. Su construcción se ha iniciado, sobre los hielos flotantes que rodean la base y a través de ellos, se interna hasta las montañas Transantárticas (ver mapa). Desde allí corta a través de las llanuras antárticas, hasta la estación Admundsen-Scott, en el polo norte.

Debe existir una buena razón para hacer este tremendo esfuerzo, en un lugar tan remoto e inhóspito y a temperaturas mucho más bajas que cero grado. Es que todo lo que se necesita para vivir en la estación del polo Sur, debe ser llevado desde McMurdo y este transporte se desarrolla normalmente por una flota de aviones C130, que sólo pueden volar en los meses de verano, cuando el tiempo es apropiado.

Cuando se necesita llevar cargas pesadas a la estación Amundsen-Scott, debe hacerse en convoys de tractores de nieve. Así es también cómo se abastece la base Rusa que está sobre el Lago Vostok. Así también se trasladan los equipos franceses e italianos, cuando cada año viajan sobre el hielo para llegar a su estación de investigación en Dome Concordia (ver mapa). Pero esos viajes son peligrosos por la existencia de traidoras grietas en la nieve.

Esos abismos en el hielo, son la pesadilla de todos los exploradores. Muchos de ellos no se ven, porque están tapados por una capita superficial de nieve, y algunos son tan profundos, que no se les ve el fondo. De hecho, ya son varios los exploradores y vehículos que han sido tragados por estas enormes grietas.

Desgraciadamente no se puede prever la existencia de estas grietas. Para viajar al polo desde McMurdo, hay que atravesar por estas zonas peligrosas. Los tractores que están construyendo la ruta, para detectar grietas, están provistos de radar. Cuando encuentran una, un montañista desciende hasta el fondo para evaluar exactamente su profundidad. Luego usan dinamita para ampliarla, y posteriormente los bulldozer comienzan a llenar el hoyo con nieve.

Los que no están muy conformes con la construcción de la ruta, son los ecologistas. Existen reglas muy estrictas del Tratado Antártico para no dañar el frágil equilibrio ecológico de este continente. ¿Cómo entonces se van a cumplir estas reglas existiendo esa ruta en construcción? Basta señalar que National Science Foundation de Estados Unidos, para realizar este proyecto, ya ha trasladado 10.000 kilos de explosivos y medio millón de litros de diesel para combustible, y aun le queda mucho por trasladar. El sólo hecho que llegue a existir esta ruta, hace suponer la enorme contaminación, el tráfico y los desperdicios de muchas personas que querrán visitar esas enormes zonas vírgenes. Ya en la actualidad, más de 10.000 turistas visitan el continente cada año. Los ecologistas del Antartic and Southern Ocean Coalition, con base en Washington, consideran increíble que este proyecto se haya comenzado sin haber tenido una previa evaluación del daño ecológico que pudiera provocar. Ellos afirman que del proyecto, el tratado Antártico nada supo, hasta cuando la ruta estaba ya en plena ejecución.


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