Reproducción partonogenética para obtener células embrionarias
( Creces, Febrero 2005 )
Son muchos los que critican el uso de células embrionarias humanas para el tratamiento de enfermedades, como la diabetes, la enfermedad de Parkinson, u otras. No les parece ético destruir un embrión humano para utilizar sus células. Pero inducir a un óvulo, no fecundado, a dividirse (por partenogénesis) se soslayaría esta objeción ética. Ese óvulo no fecundado, nunca podría llegar a ser un ser humano.
(Células embrionarias con fines terapéuticos)
El hecho es que se puede inducir a un óvulo a que comience a dividirse, aun sin haber sido fecundado. Con ello se forma un acumulo celular (¿Embrión?), que no contiene cromosomas paternos, por lo que nunca podrá desarrollar a un ser vivo. Sin embargo existe una alta posibilidad que estas células puedan llegar a diferenciarse en los más diversos tipos y por lo tanto podrían ser usadas para el tratamiento de diferentes enfermedades, sin las objeciones éticas.
Estas células conseguidas por partenogénesis, pueden seguir dividiéndose durante cuatro o cinco días, hasta constituir un grupo de 50 a 100 células (etapa de blastocito). "En teoría, a partir de ellas se pueden lograr células troncales (stem cells), las que producidas por partenogénesis, eliminan toda posibilidad de que lleguen a constituir una vida humana", señala Karl Swann de la Universidad de Wales, College of Medicine, en Cardiff.
Swann induce a los óvulos a que comiencen a dividirse, inyectándoles una enzima llamada "fosfolipasa C-zeta" (PLC-zeta), que según descubrió el mismo Swann hace dos años, es producida normalmente por los espermios. "Es el gatillazo de la vida", dice Swann que ya había demostrado que la porción humana de la proteína podía incitar a óvulos de ratas para que llegaran a formar blastocitos.
Normalmente los óvulos humanos contienen dos unidades de cromosomas, pero al fecundarse, uno de ellos es desechado y expulsado ya a las dos horas después de la fertilización. Swann y su equipo, usan un tratamiento químico estándar para prevenir esta expulsión, de modo que en definitiva, el proceso llamado partenogénesis, produce células que contienen pares de cromosomas, pero todos ellos provienen de la madre. Todo parece indicar que más adelante estos embriones pueden seguir la misma suerte que los óvulos fertilizados en forma natural, produciendo a través de la célula, hondas de iones de calcio, cada 20 a 30 minutos (Reproducción, Vol. 128, pág. 697, 2004).
Swann pretende ser la primera persona que haya cosechado células troncales embrionarias, a partir de blastocitos producidos por partenogénesis humana. Otros científicos han conseguido lo mismo, siguiendo otros caminos. Hace un año David Winiger, ahora en la Escuela de Medicina de Wake Forest, en Carolina del Norte, también consiguió blastocitos humanos producidos por partenogénesis, pero estimulando los óvulos químicamente (Células humanas nacidas virginalmente). Su técnica consistió en gatillar en ellos una onda de calcio. Con una estrategia similar, se ha obtenido también células de blastocitos de monos.
En interesante que la enzima PLC-zeta puede ser muy útil también en las mujeres que se someten a embarazo asistido. Una de las técnicas que se usa, es inyectar el espermio directamente en el óvulo y luego implantar el embrión resultante en el útero materno. Algunas veces este embrión no comienza a dividirse, tal vez porque el espermio es deficiente en la enzima PLC-zeta. En tal caso, agregándole artificialmente la enzima, comienza inmediatamente a dividirse.
(New Scientist, Diciembre 4 del 2004, pág. 16).