Ovulos generados en la médula ósea
( Creces, Septiembre 2005 )

Contrariamente a lo que se creía hasta ahora, que las hembras de mamíferos nacían con un número determinado de óvulos, se demuestra que pueden aparecer nuevos óvulos después del nacimiento, los que se generarían a partir de células troncales preexistentes (Los óvulos se producen durante toda la vida). Incluso se ha publicado una técnica que permite cultivar óvulos fuera del organismo, a partir del raspado de la superficie del ovario de una mujer. Los autores afirman que las células de la superficie del ovario son células progenitoras que pueden producir cantidades ilimitadas de óvulos, junto con las células que los nutren y que le forman los folículos que las envuelven (Se podrían lograr óvulos humanos maduros en gran cantidad).

Pero ahora hay un nuevo e inesperado descubrimiento: "se pueden generar óvulos a partir de células troncales provenientes de la médula ósea". Sólo falta demostrar que esos óvulos derivados de médula ósea pueden fertilizarse y producir hijos saludables. Si ello es así, las implicaciones para el tratamiento de la infertilidad son enormes.

Este descubrimiento significa que la mujer podría extender su fertilidad cosechando células tróncales de su sangre y luego almacenándolas para su uso posterior. Del mismo modo, se podría también generar óvulos en gran cantidad, lo que tendría enormes implicaciones para la clonación terapéutica, ya que una de las limitantes está en conseguir suficiente cantidad de óvulos.

Jonathan Tilly, del Massachusetts General Hospital en Boston, y sus colaboradores, trabajando con ratas, ubicaron células germinales (precursoras de óvulos y espermios), en sangre y médula ósea, mediante la expresión de genes característicos. Para su sorpresa, cuando estas células fueron transplantadas a ratas hembras que habían sido previamente esterilizadas con drogas que normalmente se usan en quimioterapia humana, fueron capaces de desarrollar nuevos óvulos en sus ovarios, con los correspondientes folículos. Después de dos meses sus ovarios eran indistinguibles de los de una rata fértil normal (Cell, vol. 122, pág. 303, 2005).

Estos hallazgos ayudan a explicar el misterio médico de cómo cientos de mujeres que habían sido esterilizadas por quimioterapia, de pronto comienzan a menstruar después de haber recibido un transplante de médula o transfusiones sanguíneas. Incluso algunas se han embarazado y concebido. Con estos antecedentes, se plantea la pregunta acerca de la maternidad de esos hijos. Si los ovarios de esas mujeres habían sido refrescados con células troncales de donantes, el hijo pertenece genéticamente al donante.

Antes de continuar con toda esta elucubración habría que demostrar que estos nuevos óvulos realmente puedan ser fecundables, cosa que los autores afirman que ya están investigando.

Según estos hallazgos, constantemente estarían migrando células troncales de la médula, que viajando por la sangre, estarían auto implantándose en sus propios ovarios, para así diferenciarse y madurar. Si esto es cierto, debieran existir mensajeros moleculares que lleven la información entre los ovarios y la médula ósea. Si ellos se logran identificar podrían constituir un nuevo aporte para el tratamiento de la infertilidad. Podría por ejemplo, estimularse la producción de óvulos en la médula ósea.



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