Una mini edad de hielo para Europa
( Creces, 2006 )

Parece un contrasentido: mientras el efecto invernadero está calentando la tierra, por el mismo motivo una ola de frío llega a Europa y se teme que dure por bastante tiempo.

El hecho es que Europa debe su clima templado a una corriente oceánica que baña sus costas del Océano Atlántico. Pero ahora los investigadores del clima han hecho un descubrimiento preocupante: la corriente caliente que nace del Golfo de México, y que atraviesa el Océano Atlántico, girando posteriormente hacia el norte, se ha reducido en un 30%, lo que estaría provocando los intensos fríos en Europa durante este invierno. Según los expertos, esta desviación de la corriente sería otra consecuencia del calentamiento global de la Tierra, debido al efecto invernadero.

Harry Bryden del Southampton Oceanography Centre en Inglaterra, fue quién constató el cambio de la corriente, y afirma que no está seguro si éste va a ser transitorio o permanente, pero que en todo caso está nervioso por lo inesperado y repentino de él.

El Atlántico Norte, ha estado siempre dominado por la Corriente del Golfo, la que fue identificada por primera vez por Benjamín Franklin en el año 1769. La corriente lleva agua caliente desde el trópico hacia al norte. Franklin basó el conocimiento de ella por relatos que colectó de los hombres de mar y los balleneros, que usaban la corriente para sus viajes hacia Europa, lo que les acortaba el viaje y que a su vez trataban de esquivarla a su vuelta.

La corriente caliente parte desde el Golfo de México, y cuando llega a una latitud de 40° grados norte, en la línea que va de Portugal a Nueva York, ésta se divide en dos. Parte del agua gira hacia el sur, transformándose en una corriente superficial, conocida como giro subtropical. El resto continúa hacia el norte, acercándose hacia la costa y provocando vientos calientes que elevan la temperatura de Europa entre 5 y 10 grados.

Pero ahora este histórico trayecto parece haber cambiado, según lo constató el equipo que trabaja con Bryden. Con instrumentos especiales han estado midiendo la temperatura del mar, entre las islas Canarias y las Bahamas. Encontraron que éstas habían cambiado con respecto a las mediciones que habían realizado en los años 1957, 1981 y 1992. Encontraron que ahora la mayor parte del agua caliente había girado hacia el sur, tomando la corriente subtropical, de modo que el agua caliente que viajaba hacia el norte, había disminuido en un 30% (Nature, vol. 655, pág. 438). Según el análisis de los datos, esta disminución habría comenzado a ocurrir entre los años 1992 y 1998.

Esta corriente, después de calentar Europa, al llegar a la península de Groenlandia se divide en dos. La corriente que va por el lado canadiense de la península, debido al cambio de salinidad del agua (derretimiento de los hielos), se sumerge en el océano y vuelve al sur (línea azul en el gráfico). Según los estudios de Bryden, mientras en el lado canadiense de Groenlandia este hundimiento del agua parece que ocurre en forma normal, una segunda fracción, que pasa por el lado europeo de Groenlandia, no se hunde tan profundo, viajando hacia el sur en una profundidad diferente (ver figura).

El hecho es que este invierno ha traído fríos muy intensos, que han afectado tanto a Inglaterra, como a toda Europa, incluyendo Rusia. No todos los expertos creen que ello se deba a cambios de la corriente del golfo. Si fuera cierto, tampoco se tiene la seguridad que estos cambios sean permanentes o transitorios. Si fueran duraderos, podrían significar una mini edad de hielo para toda Europa, con todas las consecuencias que ello significa. Ojalá que sean transitorios.


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