Terapia génica nuevamente postergada por la muerte de otro paciente
( Creces, 2007 )

La muerte de un paciente que estaba recibiendo un tratamiento experimental por una artritis reumatoide, se atribuye al vector viral utilizado, con lo que desencadena nuevamente un cuestionamiento a esta tecnología.

La terapia génica que hace algunos años parecía como que entraba a medicina en forma inminente, y se veía como la medicina del futuro, continúa abriendo serios cuestionamientos. Las primeras objeciones se plantearon desde el punto de vista ético, por el temor reverencial a manosear las bases mismas del ser humano, sus “genes”, pero también por los riesgos de vida que ello involucraba. Fue así como el Food and Drug Administration (FDA), designó un comité especial para que supervisara el desarrollo de esta tecnología y autorizara el ensayo después de cuidadosos evaluaciones de cada caso, autorizando su uso sólo a aquellos enfermos que en riesgo vital, no tuvieran otra alternativa de tratamiento. Con este objeto nació el comité denominado RAC (Recombinant DNA Advisory Group), designado por el FDA.

A fines del año 1999 ocurrió un caso fatal atribuido a la terapia de genes. Se trataba de un enfermo llamado Jesé Gelsinger, quien voluntariamente se sometió a una terapia génica para tratarse de una grave enfermedad hepática, en la que existía una deficiencia genética por la que no podía metabolizar el amonio, que se acumulaba en la sangre. Su deceso se atribuyó a una sobrecarga del virus que se había utilizado como vector para llegar con el gene correcto al núcleo celular. A consecuencia de esto, RAC instituyó una moratoria de la tecnóloga (Alarma por la terapia génica).

Más tarde, en el hospital Necker para niños enfermos de Paris, tres niños (de un total de doce enfermos) sometidos a terapia génica por una deficiencia inmunológica genética grave, se complicaron de leucemia, lo que ya se estimaba como probable que sucediera cuando se usaban virus como vectores (Realidad y ficción de la terapia génica). Ahora en Washington, Seattle, se reporta otra muerte por el tratamiento génico de una enfermedad que en este caso no era fatal: una artritis reumatoide. (Science, vol. 317, Agosto 2007, pág. 580)

El patrocinador de este ensayo, Targeted Genetics Corp., ha manifestado que aun no se tiene seguridad de la causa de la muerte del paciente, pero no cree que sea debida al vector utilizado, ya que ha probado ser inocuo en cientos de pacientes sin que se observen complicaciones.


De que se trata

El ensayo se autoriza por el efecto favorable observado en el uso de la droga Embrel, en el tratamiento de la artritis reumatoide. Ella es una proteína (enzima) que inhibe una citoquina pro-inflamatoria, llamada "factor de necrosis tumoral (TNF-α). Si bien es cierto que Embrel y drogas similares son efectivas en la artritis reumatoide, ellas no siempre penetran a toda la articulación, por lo que los pacientes tienen que tratarse con múltiples inyecciones regularmente. Targeted Genetics, con la captación del RAC ideó usar terapia génica introduciendo el gene para el TNF-α mediante un virus modificado, llamado virus adeno-asociado (AAv), como vector para lograr introducir el gene dentro de la articulación, pensando que con esto se ahorra demasiadas inyecciones.

En ratas esta modalidad había dado resultados muy impresionantes, reduciendo la inflamación e impidiendo la destrucción del hueso. En los ensayos en monos, la técnica no había demostrado efectos secundarios. Sobre la base de estos antecedentes, RAC aprobó el ensayo en humanos, habiéndose ya tratado 20 enfermos sin observarse ningún efecto colateral. Pero el 20 de Julio del 2007 un paciente presentó un evento grave, que se relacionó con la segunda inyección. Cuatro días después el paciente falleció.

La tragedia ha despertado las especulaciones a cerca de la causa del fallecimiento. Una posibilidad es el mismo gene que se inyectó sea el culpable, ya que Enbrel que suprime una respuesta inmune, podría ser la causa al provocar una infección bacteriana y sepsis consecutiva. Otra posibilidad podría ser el virus AAV, pero según los investigadores este ha sido usado sin problemas desde 1992, en más de 500 pacientes. Pero la diferencia está en que en estos pacientes con artritis reumatoide han recibido más de una dosis, siendo muy posible que el paciente se haya sensibilizado al vector, desencadenando una reacción adversa.

Esta nueva complicación va a dificultar futuros ensayos, lo que puede ser lamentable dado las esperanzas surgidas frente a esta nueva terapia. Hasta ahora mediante terapia génica se han tratado y recuperado a 20 niños con inmunodeficiencia genética grave. También se han logrado éxitos notables en enfermos con cáncer.


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