Lavoisier, la química y la revolución
( Publicado en Revista Creces, Abril 1992 )

Decapitado por los revolucionarios en esos días turbulentos de fines del siglo XVIII en Francia, el científico francés Antoine Lavoisier pasó a la historia como uno de los fundadores de la química moderna. Cierto cargo público relativo a la recaudación de impuestos lo hizo acreedor de las antipatías de los guillotinadores del momento; el destino, sin embargo, lo dispensó de la suprema ironía que habría significado un ajusticiamiento en la hoguera o en la horca, pues el insigne sabio francés cuenta entre sus descubrimientos mayores aquellos relacionados con el papel del oxígeno en la respiración y en la combustión.

Al hablar de los orígenes de la química moderna, frecuentemente se piensa en la labor del científico francés Antoine Lavoisier (1743-1794) Lo anterior si bien no es erróneo, no es suficiente para alcanzar una mejor aproximación a la verdad histórica: para lograrla sería deseable un análisis de la situación de las ideas referentes a los fenómenos químicos a fines del siglo XVIII.

La historia de las ciencias generalmente muestra que no es un sólo hombre el que realiza un giro significativo de alguna disciplina en particular. Los cambios de paradigma en el quehacer científico van precedidos por diversas confrontaciones entre el antiguo modelo explicativo en que se enmarca una comunidad científica la mayor extensión de problemas que son resueltos por el nuevo paradigma (1). En dicho proceso participan muchos científicos. Por esto, es conveniente tener presente que en torno al nacimiento de la teoría de la química moderna están también las explicaciones científicas aportadas por Boyle, Helmont, Lefevre, Stahl y otros (2). Dichas explicaciones sirven como elementos teóricos previos que conforman el marco epistémico en el cual se hace posible la sistematización que realiza el genio de Lavoisier.

El sabio inglés R. Boyle (1627~691), por ejemplo, había presentado la tesis que da cuenta del aumento de peso de los metales calcinados. Sostiene por ello que el plomo tiene una disposición de poros de tal manera que los corpúsculos del fuego se adhieren con firmeza al metal, ocasionando así el aumento de peso en los metales calcinados. También establece el concepto moderno de "elemento`" y descubre la hoy denominada Ley de Boyle: en condiciones de temperatura constante, el volumen de un gas es inversamente proporcional a la presión sobre el mismo.

Stahl, por su parte, postula la teoría del flogisto para explicar la combustión. Dicha teoría sostiene que en los objetos combustibles habría un elemento que se desprende de los mismos (flogisto) cuando éstos se someten a la combustión. Aquello que queda como consecuencia de la combustión pierde el flogisto y por ello no puede arder nuevamente. Esta forma de explicación se hace extensiva a la combustión, a la calcinación y a otras transformaciones en la composición de los cuerpos.


Lavosier el químico

Lavoisier es el primero en determinar los constituyentes de las substancias orgánicas y en precisar los métodos para la identificación de tales elementos. Comparte con Pristley el mérito de haber descubierto el oxígeno. Lavoisier determina las propiedades y la función que desempeña el oxígeno en la combustión. Destruye la teoría del flogisto, al demostrar experimentalmente que el proceso de la combustión acontece por la reacción de la substancia con el oxígeno (l`air vital) "Precisamente estudiando la calcinación en recipiente cerrado es como Lavoisier llega refutar de modo definitivo la concepción de Stahl y a descubrir, incidentalmente, la verdadera naturaleza de respiración" (3).

La elucidación que se logra con la teoría de la combustión del oxígeno supera a la teoría del flogisto y se consolida así una reformulación de la química, alcanzando ésta un nuevo hito en su desarrollo.

Por sus trabajos acerca de la importancia del oxígeno en la respiración. así como por haber asentado los fundamentos de la energética biológica, Lavoisier es considerado también uno de los fundadores de la fisiología. Es justamente el experimento de la calcinación el que le permite determinar... "que el aíre atmosférico está formado por una quinta parte de aire eminentemente respirable (oxigeno) y, en cuanto al resto, por una mofeta (nitrógeno) incapaz de mantener la respiración de los animales" (4).

La obra de Lavoisier se apreció en los distintos contenidos que conforman el objeto de estudio de la químico. Entre éstos, por ejemplo, en la determinación de lo composición del aíre, en los estudios sobre la licuefacción de los gases, en la colorimetría, en los procesos de fermentación y en el establecimiento de la composición del ácido carbónico. Con respecto a las ecuaciones químicas, destaca la importancia de éstas como un medio para expresar los aspectos cuantitativos de los experimentos relativos a lo teoría de la combustión del oxígeno así como las diversas nociones teóricas planteadas por Lavoisier conducen o la creación de nuevas reglas de nomenclatura química.

Prosiguiendo con sus ideas sobre el oxígeno, llega también a descubrir la composición del agua, casi al mismo tiempo que Cavendísh. Más tarde, en colaboración con Laplace, obtiene agua sintética mediante oxígeno e hidrógeno.

Formuló la ley de la conservación de la masa y la ley de las proporciones definidas. La primera sostiene que en un sistema sometido a un cambio químico permanece constante la masa total de las substancias implicadas. El peso combinado de todos las substancias presentes después de la reacción es igual al de las presentes antes de ellas. La segunda expresa que un compuesto químico siempre tiene lo misma composición, cualquiera sea su origen o método de preparación; esto es, que tiene las mismas proporciones en cuanto al peso de los elementos que conforman el compuesto (5).

Los historiadores de la ciencia lo señalan como el iniciador del uso de la balanza en química. Sin embargo, es conveniente recordar que Johann Baptista Von Helmont (1579-1644) ya utilizaba frecuentemente uno, en un período de pleno tránsito de la alquimia o la química. Por lo anterior, sería más adecuado afirmar que Lavoisier -a diferencia de Van Helmont - utiliza la balanza en química, ciñéndose rigurosamente al método científico.

Su obra más importante es el Tratado elemental de química, aparecido en 1789. En ella se presentó una visión integradora de las nuevas teorías químicos, y corresponde a la primera gran síntesis de los principios químicos. En su obra La méthode de nomenclature chimique, presenta una nomenclatura específica para la química, como resultado de una investigación colectiva con Fourcroy, Berthollet y Cuyton. Otros trabajos relevantes son el ensayo Sobre la naturaleza del principio que se combina con los metales durante la calcinación (1775), y las memorias Altératinos qu `éprouve l`a ir respiré (1785) y Premiere memoire sur la respiratinon des aoimaux(1789), esta última escrita en colaboración con Seguin.


El hombre público y la revolución

Lavoisier se destaca no sólo como químico, sino también por su participación en la vida pública e institucional. Al leer su biografia se tiene la impresión de que es prácticamente "atrapado" por sus pares, quienes realizan conjuntamente con él diversos cometidos y experiencias científicas. Así por ejemplo, inmediatamente al terminar sus estudios universitarios trabaja con científicos destacados; entre éstos. el geólogo Guettard, con quien viaja por las distintas regiones de Francia para estudiar el subsuelo.

En 1768 se incorporo a lo Academia de Ciencias llegando a ser presidente de la misma en 1785. Poco después de incorporarse a la Academia de Ciencias, decide trabajar en la Ferme Générole, una organización financiera dedicada a la recaudación de impuestos. Al crearse la Administración de Pólvora y Salitre en 1775. Lavoisier es nombrado comisario de la misma. También participó como miembro de la comisión que establece el sistema métrico decimal de pesos y medidas. Y conjuntamente con Fourcroy fue un miembro activo del Liceo de las Artes, desde su función hasta 1793 año en que se produce una depuración los miembros fundadores del Liceo y Lavoisier queda detenido.

En 1778 compra uno propiedad agrícola en Fréchines y ensayo allí diversas técnicas agronómicas para obtener mejores rendimientos. Gracias o su cargo de Administrador de la oficina de pólvora y salitre, alcanza una posición social que le permite viajar y contactarse con distintos filósofos y científicos, pues esta convencido de que la comprensión de la naturaleza es una tarea de colaboración y discusión entre los espíritus.

Por ocupar el cargo de recaudador general de impuestos. Lavoisier no era muy popular fuera de la comunidad científica. En el marco social de la época existía el convencimiento de que los concesionarios que recaudaban los impuestos obtenían grandes riquezas a costa de los contribuyentes. Menos simpatía aún se despertaron hacia él cuando contrae matrimonio con Anne Marie Paulze, hija de uno de los más importantes directivos de la institución recaudadora (la Ferme Générale).

El sabio francés, si bien era partidario de la monarquía constitucional, había abandonado todos sus cargos públicos cuando visualizó el comienzo de la revolución; esto es, el conflicto entre la opinión pública y los exponentes más conspicuos de la monarquía. Sin embargo, colabora con las nuevas autoridades cuando es requerido por asuntos profesionales. Por ejemplo, en 1791, cuando se constituye una Oficina de Consultas para las Artes y los Oficios, cuyo propósito era estimular los inventos y la industria, Lavoisier cooperó activamente con esta oficina (6).

Al constituirse el Tribunal Revolucionario, sus integrantes condenan a muerte a todos los servidores del cargo de "recaudador general de impuestos", y Lavoisier es guillotinado en la Plaza de lo Revolución, en París.

En este contexto, cabe preguntarse si el poder revolucionario era incapaz de apreciar la obra del padre de la química moderna, y sí también desdeñaba fácilmente la cooperación de los científicos. Sobre el particular hay opiniones encontradas entre los historiadores de la ciencia. Una posición más reciente sostiene que los republicanos recibieron la cooperación de los científicos.

"Un gran número de sabios que ocupaban puestos claves en el Comité de Salud Pública y entre ellos dos químicos cercanos a Lavoisier, Guyton de Morveou y Fourcroy; al parecer no tuvieron ninguna oportunidad de salvar a Lavoisier. Otros miembros de la Academia que intentaron protestar después del arresto, los antiguos colaboradores de Lavoisier, retuvieron en sus domicilios, documentos y aparatos útiles a la Comisión de Pesos y Medidas, y realizan en un laboratorio secreto su proceso de obtención del hidrógeno para proveer de balas a las armas republicanas"(7).

La cita anterior ilustra sobre la participación de algunos científicos en el proceso revolucionario y en especial menciona a ciertos químicos que ayudan a los republicanos. Por otra parte muestra una cierta reacción de los miembros de la comunidad científica frente a la situación de Lavoisier. Esto es significativo, pues a menudo en los textos tradicionales de historia de las ciencias se presenta aún Lavoisier abandonado por sus pares.

Un año después de la muerte de Lavoisier, sus propios colegas lo consideran el fundador de la química, y se preocupan de publicar y difundir sus obras. Ese era el hombre, ése era el sabio que la revolución llevó al cadalso en 1794." (8).



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