Crece la industria del láser
( Publicado en Revista Creces, Junio 1987 )

El invento láser es contemporáneo a muchos de nuestros lectores jóvenes y se lo usa hoy para apoyar al hombre en la manutención de la vida como en el incremento del manejo de la materia. No se descarta, sin embargo, su uso bélico.

El láser es un dispositivo electrónico que convierte la energía en un haz muy fino e intenso de luz monocromática y coherente. Fue creado por Ted Mimam cuando tenía 32 años de edad y trabajaba en los laboratorios de Hug Aircraft, en Malibu, California. Como la voz láser es un acrónimo de las palabras inglesas Light amplification by Stimulated Emission of Radiation, entonces no lo acentuamos.


Diversidad

Tras más de 27 años de crecimiento continuado, el número de aplicaciones del láser está entrando en una fase de expansión no comparable a ninguna época anterior. Los equipos basados en este dispositivo configuran, en la actualidad, un mercado que se acerca a los 11.800 millones de dólares.

El primer láser vio la luz en los Estados Unidos a principios de la década de los sesenta. Desde entonces, si bien el campo de aplicaciones ha ido aumentando progresivamente, el volumen de negocio generado por tal dispositivo ha crecido a un ritmo lento. No obstante, en los últimos años tal ritmo ha entrado en una fase de aceleración, situándose en torno al 25% anual.

El amplio margen de utilidad del láser deriva de la múltiple gama de potencias que presenta, lo que facilita un variado número de aplicaciones que van desde la microcirugía hasta la metalurgia, por poner dos ejemplos.

La potencia de salida de un dispositivo láser puede oscilar desde los escasos miliwats que proporcionan los láser de semiconductor hasta los 10 kw asociados a los de dióxido de carbono usados en el corte de metales. Los precios varían en ambos casos desde cantidades cercanas a los 5 dólares hasta los 500.000 dólares de un gran sistema de dióxido de carbono.

Esta diversidad es uno de los mayores problemas con los que deben enfrentarse los analistas al estudiar el mercado de los equipos en la tecnología del láser.

Según uno de ellos, Andrew Kessler, de Ia compañía neoyorquina Paine Weber, la industria del láser es un complejo. conglomerado, un "cajón de sastre" en el que cabe un sinfín de firmas con actividades absolutamente dispares.

Este hecho no representa un problema únicamente para los analistas, sino también para la propia industria, que se ve obligada a diversificar sus esfuerzos comerciales a través de un amplio espectro de actividades.

Herbert Dwight, presidente do Spectra-Physics, compañía líder del sector del láser, aludía a esta diversidad como la causa principal de los 4 millones de dólares perdidos por la firma durante 1985, sobre un total facturado de 191 millones.

Junto a Spectra-Physics, cabe mencionar entre las compañías del sector a Coherent y Control Láser. También norteamericanas; Lumonics, canadiense y su filial británica JK Lasers. En Japón, Hitachi, NEC, Toshiba y Matsushita han logrado considerables avances en este campo, como consecuencia del desarrollo de semiconductores láser de baja potencia basados en compuestos como el arseniuro de galio y aluminio.

Los láser de semiconductor son los más numerosos. Del millón 200.000 láser comercializados en Occidente durante 1984, cerca do un millón pertenecía a esta variedad, usándose en telecomunicaciones, impresoras, reproductores de discos compactos, etc. mención aparte merecen los láser de neón-helio, tipo del que se vendieron cerca de 200 millones de dólares y cuya principal aplicación reside en los lectores de código de barras.


Rendimiento

Sin embargo, frente a esta evolución favorable del mercado, los fabricantes de láser continúan sin resolver el mayor problema de este dispositivo: su bajo rendimiento.

Un láser de semiconductor típico aprovecha únicamente un 30% de la energía eléctrica aplicada para la emisión de luz. En el caso de los dispositivos de dióxido de carbono, este porcentaje desciende hasta el 15%, situándose en el 0.1% cuando se trata de sistemas basados en el argón.

Recientemente, a nivel experimental, los investigadores dedicados a esta materia han encontrado una manera de incrementar el rendimiento de estos equipos y, en consecuencia, aumentar sus potencias de salida. Se trata del láser YAG (Neodymium-doped yttrium aluminiun garnete), un dispositivo que por su elevado costo está limitado, hasta el momento, al terreno de la cirugía y la manipulación de materiales costosos.

La nueva invención consiste en aparear el láser YAG con otro dispositivo similar basado en un semiconductor, el cual emite radiaciones de una potencia relativamente alta, aproximadamente medio watt.

La mejora conseguida mediante este procedimiento permite al sistema que originalmente operaba con un rendimiento no superior al 1%, obtener una eficacia cercana al 30%. Los semiconductores necesarios para este conjunto están siendo producidos en los Estados Unidos por Spectra Diode Labor Laboratories, una empresa de riesgo colectivo entre Spectra-Physics y Xerox. Hitachi y Siemens parecen estar trabajando también sobre tales componentes.


Competencia

Como ya indicamos, los sistemas basados en el láser YAG tienen una presencia escasa en el mercado debido a su elevado costo. Tan solo la compañía británica Photon Control y Lightwave Electric, de Estados Unidos, comercializan este tipo de equipos. Sin embargo, el interés mostrado por el Departamento de Defensa norteamericano respecto a este sistema de láser que puede penetrar la masa líquida de los océanos permitiendo la comunicación entre submarinos y satélites podría permitir un mayor desarrollo de los mismos, con el consiguiente abaratamiento de ellos. Actualmente, estos dispositivos se comercializan a un precio aproximado de 30.000 dólares y, en opinión de los expertos, esta cantidad podría rebajarse a unos cientos de dólares si su producción se incrementara suficientemente.

Paralelamente, compañías como Lumonics, Lambda Physik (subsidiaria de Coherent) y la norteamericana Questak, están comercializando sistemas de láser basados en gases como el xenón y kriptón, que producen un potente rayo de ondas ultravioletas.

Este tipo de láser se utiliza hoy día, concretamente en Alemania Federal, en los procesos de esterilización del vino. El rayo ultravioleta emitido por este tipo de láser, al incidir en el líquido, destruye cualquier organismo presente en él.

En la actualidad, el láser se emplea en la industria de componentes para la codificación de éstos. Entre los clientes de Laser Identification Systems, compañía californiana líder en este tipo de sistemas y que pertenece al grupo Lumonics, se hallan nombres como los de General Motors, Motorola, Procter and Gamble, ITT, IBM y McDonnell Douglas. La mayoría de estos láser de codificación se basan en el uso de emisores YAG o de dióxido de carbono, sistemas quo imprimen con facilidad letras y números en las superficies plásticas.

El número de aplicaciones del láser, por tanto, sigue creciendo y este incremento fuerza a la industria a crear constantemente nuevos sistemas y emisores que, destinados a diversos usos y funciones, configuran un mercado en alza (Actualidad Electrónica 10/16 octubre 1986).


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