Principio alérgico del litre
( Publicado en Revista Creces, Junio 1987 )
Los investigadores Vicente Gambaro, María C. Chamy, Elizabeth von Brand y Juan A. Garbarino, del departamento de Química de la Universidad Santa María, aislaron y determinaron un nuevo compuesto generador de alergia presente en las hojas del litre (Lithraea caustica), al que identificaron como 3-(pentadec-1O-enyl)-catecol. La información está contenida en un artículo de la revista alemana especializada Planta Medica (febrero 1986).
Indica el informe que ciertas plantas de la familia Anacardiáceas, a la que pertenece el litre, producen sustancias que causan irritación, inflamación y provocan ampollas en la piel de personas sensibles. Los principios activos de esas plantas, conocidas en general como urushiol, son mezclas de compuestos fenólicos de cadena larga. Se sabe concretamente que la exposición involuntaria a estas oleorresinas en el litre provoca dermatitis.
Con el propósito de conocer en detalle el tipo de sustancias causantes del problema, el equipo científico porteño colectó hojas de la planta en Olmué (Quinta región) en el mes de abril de 1987, se inició así un trabajo de laboratorio que comenzó con la extracción de los componentes en éter de petróleo hasta finalizar con la obtención del principio activo y posterior determinación de su estructura química.
Con la colaboración de tres voluntarios se pudo constatar que el derivado del catecol que se aisló era realmente el alergeno en estudio: dos de ellos presentaron severas lesiones dérmicas luego de cinco días y el tercero mostró un ligero enrojecimiento de la piel.
El conocimiento de este alergeno es importante para la ciencia y en especial para la medicina, sobre todo si se piensa en encontrar antídotos y tratamiento para muchas afecciones de la piel provocadas por esta causa. Para quienes estudian hoy la química de los productos naturales el desafío es grande: la flora vascular de Chile, incluyendo las especies naturalizadas, comprende 192 familias con 1032 géneros y unas 5215 especies (C. Marticorena y M. Ouezada, Gayana 42,1985), de tal forma que siempre van a sobrar plantas y van a faltar investigadores. Afortunadamente la tarea ya se inició y hoy unos nueve grupos con distinto desarrollo trabajan en esta disciplina en el país, incorporando a su quehacer no sólo a los vegetales, sino también a los animales terrestres y marinos.