Obesidad en Chile. Intervenciones exitosas
( Creces, 2012 )

La obesidad es una patología prevalente en la actualidad y ha aumentado en forma dramática en los niños y adolescentes en los últimos 15 años. Enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2, el infarto agudo de miocardio, la hipertensión arterial y algunos cánceres, comienzan ahora muy temprano en la vida, a los 30 años. La experiencia ha demostrado que la educación en nutrición sí produce cambios positivos. Debería existir en Chile una Política de Estado con la participación de las universidades, el gobierno y la empresa privada.

La forma que se ha presentado la epidemia de obesidad en Chile tiene relación con la mayor capacidad adquisitiva y con factores evolutivos. La obesidad es una patología prevalente en la actualidad y ha aumentado en forma dramática en los niños y adolescentes en los últimos 15 años, en especial en los inicios del nuevo siglo. Las principales causas de muerte en Chile se asocian con el sobrepeso y la obesidad, por lo que es fundamental prevenir estas enfermedades desde la primera etapas de la vida. Hoy se reconoce en la obesidad infantil como una patología crónica, debido a que la mayoría de los trastornos que se relacionan con ella, como la diabetes mellitus tipo 2, el infarto agudo de miocardio, la hipertensión arterial y algunos cánceres, comienzan ahora muy temprano en la vida y sus manifestaciones ya están presentes en adultos jóvenes, a los 30 años, lo que antes se veía después de los 50.

La obesidad es más marcada en los niños pequeños

El aumento de la obesidad se observa en todos los grupos etarios pero es más marcado en los niños que ingresan al sistema escolar (primer año básico) cuya prevalencia era de 7% en el año 1987, de 18% en el año 2005 y hoy es de un 22% considerando un IMC (Índice de Masa Corporal) sobre el percentil 95, cifra que casi duplica la proporción que había al comienzo de la década.

Entre 1988 y 2002 se evaluó la capacidad de compra de distintos tipos de alimentos con el salario mínimo y se comprobó un aumento del consumo de determinados alimentos, en desmedro de aquellos que forman parte de la dieta saludable, como pescado, frutas, verduras y carnes magras. Por otra parte no aumentó el consumo de alimentos como la leche, como debería haber ocurrido gracias a la mayor capacidad de compra.

Comprobado: la educación en nutrición si produce cambios

En el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la U de Chile (INTA) se han realizado una serie de intervenciones que partieron en el año 2002, cuando la profesora Juliana Kain en conjunto con el Dr. Fernando Vio, realizaron un estudio piloto en la Comunidad de Casablanca y donde consiguieron disminuir los índices de obesidad de 21% a 12% en los hombres y de 19% a 9% en las mujeres de 8 a 12 años de edad. Ello se realizó a través de una intervención en educación en nutrición y alimentación y por otro lado en incremento de actividad física, incorporándola a su quehacer habitual.

Intervenciones locales logran detener aumento progresivo de la obesidad

Luego de esta exitosa intervención, prácticamente única en el mundo, se han realizado desde el INTA, al menos 4 intervenciones en diferentes comunas y colegios, intentando obtener la disminución, o al menos llegar a detener, el aumento sostenido en el incremento de patología. Las comunas involucradas en estas actividades son Puente Alto y Maipú, teniendo como directores a la Dra. Sylvia Crouchet (por el INTA) y el Dr. Jaime Rozowski (por la Universidad Católica) y Macul y Peñalolén a cargo del Dr. Fernando Vio.

Las actividades realizadas en estos proyectos consisten en educación nutricional a los niños de primero a sexto básico junto con capacitación a sus profesores, basados en materiales educativos desarrollados en colaboración por INTA/FAO por la profesora Sonia Olivares y en la capacitación de los profesores de actividad física para lograr mejorar y optimizar las horas de clases y su efectividad en mejorar la capacidad física de los alumnos.

Los resultados de estas intervenciones, que incluyen un total de más de 800 niños, si bien no han logrado llegar a los niveles deseados en términos de disminuir drásticamente la obesidad, como se observó en Casablanca, han llegado a producir cambios de sus hábitos alimenticios como el aumento del número de porciones de consumo de frutas y verduras, disminución de los snacks salados y dulces, especialmente por las mujeres. Además se ha logrado mejorar la flexibilidad articular, la capacidad de recuperación de la frecuencia cardíaca después del ejercicio y mejorar el espacio de caminata de 6 minutos, lo que refleja una significativa mejoría en la condición física de nuestros niños cuando los comparamos con aquellos no intervenidos.

En lo que se refiere a los cambios de la composición corporal y la disminución de la obesidad se ha logrado de manera moderada, a pesar de que el resto de la población no intervenida sigue aumentando sus cifras, como se refleja en los datos de la encuesta de salud. Por lo tanto podemos decir que se ha controlado el aumento de peso en estas poblaciones.

Estos programas han sido posibles por una alianza estratégica entre académicos de diferentes universidades, el Gobierno a través de sus municipios y la empresa privada de alimentos, como socios colaboradores permanentes.

Tomando en cuenta que estas estrategias están actualmente en desarrollo, tanto por el Ministerio de Educación como por el de Salud, debiera existir en Chile una Política de Estado más agresiva y una asociación de las tres instancias antes mencionadas para lograr que estos cambios obtenidos se mantengan en el tiempo.

*Silvia Crouchet, INTA, Universidad de Chile



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