Parece que los neutrinos no viajan más rápido que la luz
( Creces, 2012 )

La noticia conmovió a todos los físicos nucleares: "Los neutrinos viajan más rápido que la luz", con lo que se rompían las bases mismas de la física de Einstein". Pero unos pocos meses después, todo se volvió a restablecerse como estaba antes, reconociendo la existencia de un posible error de la estimación previa.

Luca Stanco, del Instituto Nacional de Física Nuclear en Italia, dudó antes de hacer público el hallazgo: "los neutrinos viajaban más rápido que la luz" (Septiembre 2011), algo imposible de aceptar de acuerdo a las teorías clásicas de la física. Pero su equipo de investigadores estaba seguro de sus mediciones y sus cálculos se veían muy robustos. Sin embargo no era posible que los neutrinos, fantasmagóricas partículas subatómicas (Investigando más a cerca de los neutrinos), pudieran viajar más rápido que la luz. Ello violaba las bases fundamentales de la física moderna, incluyendo la teoría de la relatividad de Einstein. La noticia no pasó desapercibida a los físicos nucleares, ni tampoco al mundo científico, en los que produjo una fuerte reacción.

El hecho es que el equipo OPERA, del cual Stanco es miembro, anunció el hallazgo que las partículas habían viajado desde el acelerador de partículas CERN, en Suiza, a la mina subterránea de las montañas Gran Sasso en Italia, a una velocidad de 60 nanosegundos más rápida que la velocidad de la luz. La duda fue grande, hasta para los miembros del equipo OPERA, tanto que algunos se negaron a firmar tal publicación, ya que pensaban que los resultados eran aún demasiado preliminares.

Frente a la duda, el equipo se puso de nuevo a trabajar, y entre el 21 de Octubre y el 6 de Noviembre, usando un paquete de neutrinos más apretado, ejecutaron 20 nuevas determinaciones de su velocidad, que según ellos fueron más fáciles de seguir y determinar, confirmando lo anterior. Con ello enviaron su trabajo a publicación, aún cuando algunos volvieron a ser renuentes a firmar, (arxiv.org/abs/1109.4897).

La noticia despertó una gran controversia y tanto fue el rechazo que el 23 de Febrero los autores decidieron revisar exhaustivamente todo el sistema de OPERA, llegando a detectar dos fallas de él. La primera, provenía de un cable de fibra óptica que enviaba las señales luminosas desde un receptor GPS ubicado en la superficie de las montaña Gran Sasso, hacia el reloj maestro de OPERA, ubicado a 8.3 kilómetros de profundidad en la misma (ver figura). El reloj estaba enterrado en la montaña, ya que no podía recibir directamente la señal de GPS. La segunda falla venía del supersensible reloj de cuarzo, que sobreestimó el tiempo de transporte de los neutrinos.

Como un consuelo, para los que anunciaron la noticia de las fallas, comunicaron que a pesar de reconocerlas, no podían asegurar que los neutrinos no viajaran más rápido que la luz, pero que tomando en cuenta los dos errores detectados, encontrados no podían tampoco en definitiva concluir nada a cerca de la velocidad de los neutrinos. En todo caso el anuncio inicial ya había producido una división dentro del equipo de OPERA. "En un comienzo yo estaba en contra de la publicidad del anuncio, pero accedí a firmarlo después de la segunda experiencia que parecía confirmatoria", se excusaba Luca Stanco, agregando que a partir de Mayo, planean recomenzar los experimentos, cuando ya se hubiera reemplazado el reloj y reparado el cable de fibra de vidrio.

Sin embargo, Sergio Bertolucci, director del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), afirmaba simultáneamente que en una nueva prueba realizada por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), en Ginebra, se había confirmado que los neutrinos viajaban a una velocidad inferior a la de la luz. Afirmaba además que los experimentos anteriores habían tenido defectos de lectura. "Ahora se midieron siete neutrinos en el haz de luz y todos produjeron un tiempo consistente con la velocidad de la luz". Así, la teoría de la relatividad planteada por Albert Einstein en 1905 (que dice que nada en el universo puede viajar más rápido que la luz, afirmación que fundamenta gran parte de la física moderna), sigue en pie.

Para mayor información ver: Lisa Grossman, Universe retums to itsformer self. New Scientist 3 Marzo 2012, p. 8.



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