Recursos económicos del fondo marino y derecho del mar
( Publicado en Revista Creces, Enero 1984 )

La Convención sobre Derecho del Mar que pasa a prevalecer sobre la legislación chilena. Es importante conocer lo que tenemos bajo nuestra porción de océano y la génesis de tales recursos.

El Mar Chileno es aquella porción de los océanos Pacífico y Austral que baña o circunda a los 12 mil kilómetros de nuestro litoral sudamericano y antártico.

En diciembre último entró en vigencia la Convención sobre Derecho del Mar, la cual prevalecerá sobre la legislación chilena hasta entonces vigente, en especial sobre el límite occidental, tanto del territorio chileno como de la soberanía de nuestro país.

Tres artículos de la Convención delimitan sin lugar a dudas el área en la cual Chile puede explorar y explotar libremente los recursos del fondo marino, que una vez extraídos pasan a denominarse minerales. En lo sustancial dichos artículos establecen que:

El Mar Territorial es el mar adyacente al Estado ribereño, hasta una distancia de 12 millas marinas (22,2 Km ), medidas a partir de las líneas base o líneas de baja mar a lo largo de la costa.

La Zona Contigua es una zona inmediata al mar territorial que queda incluida entre las 12 y 24 millas marinas (22,2 a 44,5 Km) medidas a partir de las líneas de base. En esta zona, el Estado ribereño puede fiscalizar, prevenir y sancionar las infracciones cometidas a sus reglamentos.

La Zona Económica Exclusiva (ZEE) es una zona que se extiende hasta las 200 millas marinas (370,6 Km ). Está sometida al régimen jurídico establecido específicamente en la Convención sobre Derecho del Mar. No obstante lo anterior, el Estado ribereño tiene derechos de soberanía sobre los recursos vivos y no vivos del mar, suelo y subsuelo marino. Otros Estados tienen derecho de acceso a los excedentes y todos los estados tienen derecho de navegación y de sobrevuelo, a tendido de cables y tuberías submarinas y a otros usos legítimos del mar.

Entre los recursos del fondo marino que presentan una mayor probabilidad de ser explotados en un futuro próximo, destacan en orden decreciente de importancia económica los Sulfuros Polimetálicos, los Sedimentos Metalíferos y los Nódulos de Manganeso. A pesar de ser metálicos, todos estos recursos son renovables, porque se están generando continuamente en las cordilleras submarinas conocidas con el nombre de dorsales (para diferenciarlas de las existentes en los continentes). Allí, en torno a los cráteres volcánicos de la cima, existen manantiales de alta temperatura (35ºC) , ricos en cationes metálicos en solución (Fe, Cu, Zn, Mn, Co) y en ácido sulfhídrico (H2S). Este último sirve además de nutriente primario para las bacterias que son comidas por las almejas y gusanos característicos del fondo marino.


Génesis

Los Sulfuros Polimetálicos se forman por precipitación química, alrededor de los manantiales, donde el líquido sobrecalentado reacciona con el agua fría del mar. Los Sedimentos Metalíferos, en cambio, se forman por la expulsión y el transporte a mayor distancia de las partículas de fierro y manganeso que, como una lluvia, caen al fondo marino al ser oxidadas por el agua de mar. Finalmente, los Nódulos de Manganeso se generan aun a mayor distancia de las dorsales, por la absorción de metales traza en torno a un núcleo constituido generalmente por microorganismos (foraminíferos, radiolarios, dientes de peces, escamas).

La existencia de Sulfuros PoIimetálicos en la región de Guaymas (boca del Golfo de California), en la Dorsal de las Galápagos (al este de las islas del mismo nombre) y al Noroeste de Isla de Pascua, ha sido comprobada por diversos investigadores. Los sedimentos metalíferos se conocen en el Mar Rojo y en la Isla de Chipre, donde cubren a los Sulfuros Polimetálicos (Chipre significa Cobre).

Los yacimientos conocidos justifican la existencia de depósitos similares, a lo largo del eje de las dorsales submarinas de todo el mundo. Lo anterior, permite suponer que la explotación futura de dichos recursos, por parte de los consorcios internacionales, arruinaría la economía de los estados productores de cobre tales como Zambia, Zaire, Filipinas, Nueva Guinea, Perú y Chile.


Zonas

Sin embargo, cabe destacar dos aspectos que impiden esa posibilidad. El primero, se refiere a la Convención sobre Derecho del Mar, la cual ha previsto y legislado sobre esa posibilidad. En lo esencial, la Convención define a la "Zona" como los fondos marinos y subsuelo ubicados fuera de los límites de la jurisdicción nacional, es decir, en alta mar, fuera de la ZEE de los estados ribereños. Los numerosos yacimientos existentes en esa "Zona" se declaran patrimonio común de la humanidad en cuyo nombre actuará la Autoridad, y deben ser comercializados únicamente por un organismo denominado la "Empresa", el cual depende de la Autoridad de los Fondos Marinos constituida por todos los Estados signatarios del Convenio. Aún más, la Autoridad es facuItada por los países firmantes del tratado para limitar la producción de la "Empresa` cuando dicha producción sea perjudicial para un estado, en lo relativo a sus ingresos de exportación.

El segundo aspecto es de naturaleza geográfica y geopolítica. Entre los países exportadores de cobre posiblemente afectados por la extracción de los recursos del fondo marino, Chile es el único que posee en su ZEE sectores con características análogas a las de las zonas con Sulfuros Polimetálicos conocidos en otras partes del mundo. Esos sectores son: a) los segmentos de la Dorsal Pacífica que enfrentan a Isla de Pascua y b) la intersección de la Dorsal Chilena con el margen continental de Península de Taitao.

Si se consideran otros posibles recursos del fondo marino, tales como los nódulos de manganeso, deben mencionarse también los sectores de la ZEE Chilena que circundan a las Islas San Félix y San Ambrosio, y a la parte oriental del cordón volcánico de Juan Fernández.


Fisiografía Submarina y recursos económicos

Viajando imaginariamente desde un continente cualquiera hacia alta mar, se presentan sucesivamente todas las unidades fisiograficas con sus respectivos recursos económicos no vivos, que cuando son extraídos pasan a llamarse minerales.

Rodeando a los continentes se encuentra en primer lugar la Plataforma Continental, con una suave pendiente de uno a seis minutos de grado y una profundidad que raramente sobrepasa los 200 metros. Su ancho es variable entre 0 y 350 kilómetros y en ella se encuentran los siguientes recursos. Placeres auríferos y/o diamantíferos, depósitos de fosfatos micronódulos ferríferos y yacimientos de petróleo y gas natural.

Más allá de la plataforma se encuentra el Talud Continental, con una pendiente de 3 a 6 grados que desciende desde los 200 metros hasta los 4.000 metros de profundidad. No se conocen recursos económicos de importancia en el Talud Continental, pero se sospecha la existencia de petróleo y gas natural en las cuencas sedimentarias que almacenan varios cientos de metros de espesor de sedimentos terrígenos y biógenos.

Al pie del Talud Continental, en un punto cercano a los 3.000 metros de profundidad, se encuentra la transición entre la Corteza Oceánica y la Corteza Continental. Más allá del Talud Continental se halla la Fosa Submarina que caracteriza a los márgenes de Tipo Pacífico, o el Talud Oceánico, típico de los márgenes de Tipo Atlántico. La fosa es el sector donde se consume corteza oceánica (región de convergencia, sísmicamente activa), según la teoría de Placas. No se conocen recursos económicos de importancia en las fosas. El Talud Oceánico está constituido por un conjunto de conos submarinos conectados, donde los sedimentos terrígenos se apilan, adosados al Talud Continental. Tampoco existen antecedentes de recursos económicos conocidos en este tipo de margen de arrastre, pero se podría pensar en gas natural y petróleo.

Alejándonos del margen continental, llegamos a los fondos oceánicos típicos, cuyas características varían según su posición, como zona de convergencia de placas o como un margen de arrastre (zona pasiva). En las zonas de convergencia de placas, se encuentran los montes submarinos, cubiertos por una delgada capa de sedimentos pelágicos. Allí, entre los sedimentos marinos se encuentran los nódulos de manganeso más antiguos, a profundidades cercanas a los 4.000 metros. En la superficie existente entre los basaltos y los sedimentos pelágicos, se encuentra una capa de sedimentos metalíferos de 2 a 5 metros de espesor. En el fondo oceánico que enfrenta a un margen de arrastre o margen sísmicamente pasivo, se hallan las Planicies Abisales constituidas por turbiditas terrígenas, que han inundado la topografía irregular de los montes submarinos, sepultándolos bajo una pila sedimentaria de más de 500 metros de espesor. En estas planicies no se conocen depósitos de importancia, pero bajo la cubierta sedimentaria debe existir la capa discontinua de sedimentos metalíferos (nivel panoceánico).

Hacia el centro de la cuenca oceánica predominan las colinas abisales y los montes submarinos. En estos últimos se encuentran depósitos de fosfatos y fierromanganeso y en los primeros existen abundantes nódulos.

Finalmente en las cordilleras submarinas o dorsales, se encuentran los sulfuros polimetálicos, las costras de fierro y manganeso (sedimentos metalíferos), y escasos nódulos de manganeso.

La teoría de Placas facilita la comprensión de esta distribución fisiográfica, asociada a los recursos económicos de manera indisoluble.


Sulfuros Poli metálicos

Son cuerpos mineralizados con pirita (sulfuro de cobre), calcopirita (sulfuro de cobre y fierro), wurzita (sulfuro de zinc), bornita (sulfuro doble de fierro y cobre), calcosita (sulfuro de cobre), cubanita (sulfuro doble de fierro y cobre), barita (sulfato de bario), anhidrita (sulfato de calcio) y cantidades menores de plata, plomo, molibdeno y estaño (Tabla 1).

La mineralización es de carácter hidrotermal y se produce en torno a manantiales de alta temperatura (350ºC), cuyas salmueras provienen de 3 a 4 Km bajo el suelo oceánico.

Se encuentran en la cima de las dorsales, a profundidades variables entre 1.200 y 3.000 metros bajo el nivel del mar, formando montículos de 30 por 15 metros en planta, y 2 metros de elevación, con una chimenea de 1 a 5 m de altura.

El material que forma los cuerpos mineralizados es de tres tipos:

1) Pedazos angulosos deleznables, con intercalaciones duras (costras), de óxidos y sulfuros

2) Fragmentos subredondeados esponjosos, de aspecto compacto constituidos únicamente por sulfuros

3) Fases no sulfurosas (Ganga ), constituidas por sílice, amorfa, barita, anhidrita y yeso que se encuentran rellenando las grietas y cavidades

La densidad media de estos materiales varía entre 1,25 (montículos sulfurosos) y 4,1 gramos/cm3 (sulfúros de la chimenea).


Sedimentos Metalíferos

Son depósitos de fondo marino enriquecidos en minerales tales como Fierro, Manganeso, Zinc, Cobalto, Cobre, Níquel, Molibdeno, Plata y Plomo (Tabla 2).

La mineralización es de carácter variado hidrotermal, terrígeno, hidrogénico, biogénico, etc., y se produce a temperaturas bajas (0º -50ºC), en la interfase suelo-agua del fondo marino y/o en el valle axial de las dorsales, a profundidades variables ente 1.200y4.000m. bajo el nivel del mar, rellenando cuencas de diversos tamaños (Mar Rojo, Bouer Deep, Famous) con espesores de 8 a 30 metros.

El material que forma la parte mineralizada, es de tres clases:

a) sedimentos poco consolidados de grano muy fino (menor que 0,1 mm), de color pardo oscuro, formados mayoritariamente por granos y glóbulos de óxido de fierro y manganeso.

b) costras de 50 cm2 por 6cm de espesor, consolidadas y laminadas, y concreciones negras, formadas por óxidos de manganeso y fierro.

c) ganga formada por sílice amorfa y carbonatos biógenos.


La densidad media de los sedimentos varía entre 1 y 3.0 gramos/cm3, dependiendo de la cantidad de sílice y carbonato que diluyan a la fracción metálica.

Lejos de las dorsales forman una capa discontinua de 2 a 6 metros de espesor, que se encuentra intercalada entre la corteza basáltica y la base de la columna sedimentaria normal (oozas calcáreas-oozas silíceas-arcillas).


Nódulos de Manganeso

Son concreciones redondeadas o irregulares que contienen entre otros elementos cobre, níquel, cobalto y manganeso. Su tamaño varía desde micronódulos (micrones) hasta 25 cm. de diámetro, con un peso y diámetro promedio de 115 g y 4 cm. El nódulo de valor comercial tiene color café a negro, un diámetro comprendido entre 2 y 5 cm., es poroso, tiene una densidad de 2 a 3 gr /cm3 y una concentración de 10 Kg /m2. Además, debe poseer una ley combinada de Ni, Cu, Co mayor que 1,5%.
Los principales minerales que conforman las capas concéntricas son la Todorokita, Birnesita y Manganita. Otros minerales comunes, pero en menor cantidad son la goethita, hematita, maghemita y el psilomelano. El análisis químico de los nódulos revela que ellos contienen más de 60 elementos, pero de todos ellos, los más abundantes son el fierro, silicio, manganeso y aluminio (Tabla 3).

La tasa de crecimiento promedio de los nódulos varía entre 2 y 28 milímetros por millón de años, según técnicas radiométricas aplicadas al Berilio 10/9; Torio 230; Aluminio 26 y Potasio-Argón.

Sin embargo, las discontinuidades entre los anillos de crecimiento sugieren que los nódulos crecen a diferentes velocidades en distintas épocas.

Los nódulos se encuentran en la totalidad de los ambientes oceánicos y también en los lagos continentales. Pero atendiendo a su interés comercial, los de más valor, se encuentran a profundidades mayores que 3.800 m, en regiones oceánicas con baja velocidad de sedimentación. El área con recursos más valiosos se encuentra en el Pacífico que enfrenta a México, entre los 8º y 10º Norte y los 139º a 141º Oeste.

En la Zona Económica Exclusiva de Chile, el área de mayor interés económico por nódulos presenta una ley media de 1,13% por Ni+Cu y se encuentra entre los 30º y 40º (Coquimbo a Corral) y 80º a 90º Oeste (mar afuera).



Eduardo Valenzuela Ayala.

Geólogo Oceanógrafo. Universidad de Chile.


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