De nuevo brilla el oro en Copiapó
( Publicado en Revista Creces, Enero 1984 )

Miguel Cervellino Gianoni.
Museo Regional de Atacama, Copiapó

Algunos cronistas sostienen que el primitivo nombre de Copiapó - Copayapu - tenía en Aymará el significado de "Copa de Oro" en mérito a la abundancia del metal. Cuatro y medio siglos mas tarde y en la misma sierra donde los indígenas trabajaban arenas auríferas, mineros copiapinos cavan y se benefician con las codiciadas "pepitas" de oro.

Los últimos años han sido para Chile tiempos de oro. Trapiches, minas y lavaderos han surgido por todas partes, tanto en provincias típicamente mineras como en zonas agrícolas que poco o nada sabían de estos menesteres. La Tercera Región ha sido una de las áreas beneficiadas por esta bonanza en el poder comprador internacional y nacional, y para ello Copiapó tiene vieja estirpe como centro minero-metalúrgico.

La explotación de los metales existentes en Atacama se remonta a los albores de la era Cristiana, cuando los indígenas pertenecientes a la cultura El Molle ya labraban objetos - adornos, herramientas - manufacturados en oro, plata y cobre (milla, lighen y cumpañillme en lengua indígena, respectivamente). Así lo demuestran los hallazgos arqueológicos tanto en el litoral como en la zona de los valles e interior de la región.

Culturas posteriores como la Diaguita o Inca, muestran un mayor desarrollo tecnológico y destacan para la molienda los marayes y para la fundición el uso de huayras . Aún hoy es posible encontrar rudimentarios marayes de piedra para la molienda del metal en algunos caseríos vecinos a la carretera Panamericana que une Copiapó con Vallenar y La Serena. Como técnicas metalúrgicas se han detectado el batido en láminas, la soldadura, el trefilado y el repujado.


Trapiches

Hacia 1550 se estableció en Copiapó el conquistador Francisco de Aguirre, y más tarde su hijo Hernando; provisto de nuevas técnicas de trabajo, se dedicó a la, explotación profunda de los veneros que superficialmente trabajaban los indígenas. A diferencia de su hermano Francisco, el joven Hernando tuvo manifiesta inclinación por la industria minera y fundó el primer trapiche de Copiapó para trabajar oro, en el confín del solar de su familia y a un costo de 400 pesos de esa época.

La "era del oro" se remonta en Copiapó a 1707, cuando se descubre en la zona de Talinai ricas vetas del metal que atraen a mineros y a forasteros. En 1713, según el naturalista francés Francisco Amadeo Frezier, quien llegó en el barco "Jesús María" al puerto de Caldera, "en la zona existen seis trapiches y se construye un ingenio real o de pilones que podrá moler 12 veces tanto como los trapiches, es decir 6 cajones por día. El cajón rinde hasta 12 onzas de oro más o menos".

Carlos María Sayago escribe: "La población de Copiapó a la fecha era de 800 a 900 personas. Durante 150 años contados desde el establecimiento de los españoles, el pueblo de Copiapó arrastró una existencia miserable. Sólo a principios del siglo XVIII en´que ocurrieron los descubrimientos de las minas de oro de Las Animas, Santo Domingo y de Jesús María, comenzó a tomar importancia el pueblo, llegando mercaderes y mineros a establecerse en él y construyéndose trapiches para la molienda de los minerales".

En diciembre de 1789 visitó Copiapó el Capitán General don Ambrosio O`Higgins, quien habiéndose impuesto de los minerales que se explotaban en este partido, instruyó en Santiago al Cuerpo de Minería para que practicase una visita general destinada a dictar las leyes necesarias encaminadas a fomentar la pujante industria.


Plata y cobre

A la era del oro, en los siglos XVIII y XIX, le siguen la era de la plata y del cobre. Las minas de Chañarcillo (1832-1880) y de Puquios, Ojancos, El Checo y otros proporcionaron grandes riquezas a empresarios como los Matta, Gallo (italianos procedentes de Viariggi, Cerdeña); Gregorio Ossa, Juan Cristóbal Borcoski (alemán de Dantzig) Estanislao Moreno, Cousiño, Subercaseaux y muchos otros.

Pasaron varios años sin que se explotaran grandes
yacimientos de oro en Chile. El estímulo del precio internacional no lograba ser lo suficientemente atractivo corno para acometer nuevas empresas, hasta que comenzó a activarse el trabajo a baja y media escala.

Actualmente el gobierno regional impulsa en Copiapó un vasto plan de "lavaderos de oro", cuya etapa experimental se lleva a efecto en la sierra Jesús María, en el mismo sitio donde los indígenas se abastecían del metal hace unos cuatro y medio siglos. El plan actual favorece directamente a más de 200 trabajadores que a diario obtienen un promedio de un gramo de oro por minero. A ellos se les provee - además de las herramientas, de locomoción y apoyo técnico para el desempeño de sus labores y alimentos.

Las faenas se inician con el traslado del personal desde Copiapó a la sierra citada, a tempranas horas. En el lugar y una vez que reciben las herramientas de trabajo, escuchan las instrucciones de los profesionales supervisores. El trabajo parte en los llamados "tajos" en donde se ubican las "catas" o cuevas desde donde se extrae la arena aurífera, la que luego será lavada en las "chayas" para así obtener las anheladas pepitas del metal. Con el producto obtenido, los mineros proceden a su venta en forma particular, previo pesaje para llevar una estadística del resultado de sus esfuerzos. La iniciativa que impulsa a la Intendencia Regional abierta por igual para hombres y mujeres, demuestra que con un estímulo adecuado de tipo material y con el buen aliciente de un precio que no muestra tendencia a la baja en el mercado, el minero vence todo tipo de dificultades y sale adelante en lo que se propone con tesón y creatividad. La historia así lo confirma.



Para saber más:


-Comely, Francisco. Cultura Diaguita Chilena y Cultura de El Molle. Editorial del Pacífico, Santiago 1956.

-Iribarren, Jorge. Análisis metalúrgico de discos metálicos de la Cultura El Molle. Pub. Mus. La Serena Nº 13,1969.

-Iribarren, Jorge. La Metalurgia en Chile en época precolombina. Universidad de Chile. Pub. Nº 2, La Serena, 1974.

-Latcham, Ricardo. Metalurgia Atacameña. Objetos de bronce y cobre. Bol. Mus. Nac. Hia. Nat., XI: 1936.

-Sutulov, Alexander. Antecedentes Históricos de la Producción del Cobre en Chile. Ed. Universitaria, 1975.

-Sayago, Carlos María. Historia de Copiapó. Imprenta de El Atacama. Copiapó, 1874.

-Vicuña Mackenna, Benjamín. El libro del cobre y del Carbón de Piedra en Chile. Imprenta Cervantes, Santiago. 1883.


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