El gene FTO incrementa la obesidad, pero cambiándole el swich genético, se puede inducir una pérdida de peso.
( Creces, 2016 )

Investigadores de MIT (USA), describen como el gene FTO, induce la acumulación de grasas en el tejido adiposo (obesidad), pero también puede quemar grasas disminuyendo su depósito en el mismo tejido.

Se ha comprobado que la obesidad tiene una importante base genética y que son los genes los que en definitiva determinan quien será obeso y quién no. Es así como se han descrito más de cuarenta genes que parecen tener relación con la obesidad. Más aún, entre genes, exones, marcadores y regiones cromosomas, se han llegado a conocer más de 600 factores genéticos que podrían indirectamente estar involucrados. Más recientemente se ha descrito un gene específico, ubicado en el cromosoma 16, que se ha llamado FTO, que específicamente se relaciona con la obesidad (Se ubica un gene relacionado con la obesidad). Ahora Manolis Kellis y colaboradores del Massachusettes Institute of Technology (USA), han logrado describir cómo funciona el FTO y como se puede incluso manipularlo para disminuir el depósito graso.

Los depósitos de grasa del organismo están formados por dos tipos de células. Unas son las células adiposas blancas, cuya función es mantener una reserva grasa como fuente energética, y otras, en mucha menor proporción, cuya función es generar calor, quemando grasa (Las complejas funciones del tejido graso). Entre ellas existe un tercer grupo de células intermedias, llamadas células beige, que también conservan la propiedad de generar calor. Kellis y sus asociados han observado que en FTO posee la propiedad de transformar células de grasa blanca en células beige, capaces de generar calor (New England Journal of Medicine, doi.org/6z5).

Ellos, en un grupo de 100 personas el perfil genético de sus células grasas, encontrando que aproximadamente la mitad de ellas poseían una variedad de FTO que inducía obesidad. En células de estos últimos, encontraron que el FTO actuaba a través de otros dos genes, llamados IRX3 y IRX5, los que en definitiva eran los que inducían a las células de grasas blancas a acumular energía (obesidad).

Mediante la edición de genes, fueron capaces de inhibir la acción del FTO, con lo que las células blancas se transformaron en beige, quemando grasas. Observaron que lauchas que editaron los correspondientes genes y que fueron alimentadas con una dieta alta en grasas no incrementaron de peso. Ahora Kelly y su grupo creen que también en humanos podrían interferir la acción del FTO e impedir o tratar la obesidad.



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