Las microondas para reemplazar el fraccionamiento hídrico de los esquistos en la extracción del gas y petróleo.
( Creces, 2016 )

La técnica de fracturación hidráulica de los esquistos en las profundidades de la tierra, que en los últimos años se ha estado utilizando para extraer gas y petróleo, podría reemplazarse con muchas ventajas por un nuevo proceso que, en lugar del agua a presión, utiliza las microondas.

Los oponentes a la tecnología de fracturación hídrica que se ha estado utilizando para la extracción de petróleo y gas desde las profundidades de la tierra, tienen razón cuando critican la tecnología empleada por la gran cantidad de agua que se requiere para presionar y llegar a romper los esquistos a miles de metros de profundidad, en las profundidades de la tierra. Afirman que con estos usos están agotando los acuíferos subterráneos (La escasez de agua y la sequía). Y tienen razón ya que, en Estados Unidos, donde la tecnología se ha expandido hasta completar en la actualidad más de 35.000 perforaciones, en conjunto han requerido 525 mil millones de litros de agua. Más aún si a ella hay que agregarle una serie elementos químicos que la hacen nauseabunda, como ácido clorhídrico para limpiar los restos de cemento de la perforación, más otras substancias necesarias para inhibir la corrosión de agentes reducidores de la fricción, o para reducir la viscosidad del líquido, o productos para matar bacterias y varios otros productos con diferentes objetivos. Deshacerse de esas aguas es otro problema, ya que más del 70% de ellas vuelve a la superficie y deben deshacerse de los que tienen un alto costo. Es también elevado el riesgo de que ellas contaminen las aguas subterráneas. Por otra parte, por la alta presión que se aplica es frecuente que se produzcan fallas de los sellos y escapes de gases que incrementen el efecto invernadero (El gas natural de esquistos y las aguas subterráneas). Es por ello que esta nueva técnica que utiliza microondas para perforar los esquistos se ve con muy buenos ojos, ya que el efecto final sería similar al de la fracturación hidráulica, pero sin necesidad de agua ni productos químicos que contaminen.

Como funcionarían las microondas

Los hidrocarbones, a la temperatura ordinaria son tan sólidos como el asfalto, pero al calentarlos se licuan completamente. El problema está en cómo llevar el calor allí abajo, a miles de metros de profundidad donde están las rocas permeables que contienen el petróleo y el gas.

Hasta ahora no se había encontrado una buena forma de hacerlo. Las rocas porosas son un excelente aislante térmico, de modo que un calentador eléctrico no funciona. Se ha ensayado inyectar vapor en las perforaciones, pero no resulta porque con ello solo se calienta una pequeña sección de la roca y no es posible extraer el líquido por el efecto aislante de la roca que impide la extracción. Por ello se ha pensado en las microondas que calienten en forma mantenida. La idea es descender hasta las profundidades un emisor térmico de 2.45 gigahertz, es decir un horno microonda super cargado.

Ya desde hace tiempo ha estado rondando la idea que el trabajo se podría hacer mediante microondas, pero colocar en el fondo de una estrecha perforación, un generador de microondas lo suficientemente potente, no era fácil. Sin embargo, ya se ha conseguido desarrollar equipos pequeños de gran capacidad.

Parecería que calentar la roca porosa, de por sí aislante, mediante microondas parecía difícil, pero es posible dado que el agua que normalmente está atrapada en sus poros, incrementaría la temperatura en forma constante. Con ello se conseguiría calentar los hidrocarbones hasta licuarlos, haciendo posible su extracción a la superficie (ver figura).

El efecto final sería similar a la fracturación hidráulica, pero sin utilizar aguas contaminadas. Más aún, el vapor de agua caliente impediría el desarrollo de microorganismos sin necesidad de agregar elementos químicos. El procedimiento produciría menos impacto del medio ambiente e incluso a parte del petróleo y gas, entregaría agua que no tendría contaminantes y hasta podría beberse.

El ingeniero Peter Kearl ya ha desarrollado el sistema en Oak Ridge National Laboratory en Tennessee y ha formado una compañía llamada Qmast, en Colorado, y calcula que podría extraer petróleo a un costo de 9 dólares el barril. Los únicos que están muy preocupados son los ambientalistas que ven en esto una nueva amenaza de contaminación ambiental por el mayor uso de combustible fósil.



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