Encélado está maduro para albergar la vida
( Creces, 2017 )

Encélado, es una de las tantas lunas del planeta Saturno. Su superficie está cubierta por una gruesa capa de hielo, bajo la cual existe un gran océano, en el que los científicos piensan que se podría haber desarrollado la vida microbiana.

El planeta Saturno, aparte de sus anillos, tiene una gran cantidad de satélites circulando en diferentes órbitas a su alrededor. Encélado, es uno de los más grandes, con un diámetro aproximado de 500 kilómetros. Su superficie está cubierta por una capa de hielo reluciente y límpida, que refleja como un espejo la luz solar que recibe. Sin embargo, por su enorme distancia se ve sólo como un pequeño puntito brillante. Su temperatura superficial alcanza a medio día, a -180 ºC.

En marzo del 2004 llegó la nave Cassini hasta la cercanía de Saturno (La sonda Cassini se sumerge en los anillos de Saturno). De paso pudo acercarse a encélado y tomarle fotografías que revelaban grandes detalles (ver figura). Cerca de su polo sur se descubrieron penachos de agua que se expulsaban al espacio en forma de géiseres. En el año 2014 la NASA informó que había encontrado pruebas de la presencia de un gran océano bajo la superficie del agua congelada, la que tendría unos 10 kilómetros de espesor. Todo ello ha despertado gran interés entre los científicos, ya que según piensan, existirían condiciones para que en su interior se desarrollara la vida. Desde ese océano se expulsaría agua (geiseres) junto con elementos químicos, entre los que se encontraría hidrógeno, todo lo cual haría factible el desarrollo de vida microbiana.

La complejidad de Encélado

Durante una década Cassini ha estado explorando a Saturno y sus lunas, enviando magníficas fotografías y de paso descubriendo que encélado es más complejo de lo que se podía imaginar. En su polo sur presenta extrañas fracturas y esporádicos géiseres, lo que parece imposible imaginar que ello suceda con temperaturas tan frías de su superficie. Con todo, las surgencias de agua también contienen compuestos como dióxido de carbono, lo que es necesario para la vida como la conocemos.

Pero hasta ahora no se ha evidenciado la presencia de una fuente de energía para que alimente el desarrollo de una potencial vida. En la Tierra, en ambientes extremos, el hidrógeno puede desempeñar este rol. “Lo que falta para completar esta historia de un encélado habitable, es la fuente de energía”, señala Chris McKay de NASA Ames Research Center en California. “Esta debería estar allí, produciéndose en forma continua, lo que podría ser por reacciones hidrotérmicas, semejantes a las que en la Tierra ocurre en el fondo de los océanos” (Science, doi.org/b5s9). En la Tierra, cerca de esas surgencias de los océanos, existen microorganismos llamados metanogénicos, que convierten el dióxido de carbono y el hidrógeno en metano, lo que permite vivir sin la energía de la luz solar. Podría ser esto lo que podría ocurrir en el interior de Encélado.



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