Se vislumbran esperanzas para recobrar la capa de ozono
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 1999 )

Según datos publicados recientemente, la emisión de algunos compuestos químicos capaces de destruir la capa de Ozono está disminuyendo. Sin embargo, las emisiones de algunos “halones”, usados para combatir incendios, que se continúan produciendo en países desarrollados, se mantienen prácticamente constantes y aun podrían estar creciendo.

Shephen A. Montzka, químico del National Oceanic & Atmospheric Administration, Climate Monitoring & Diagnostics Laboratory, en Boulder, Colorado, y sus colaboradores, han medido la concentración de “halocarbones” en muestras de aire recolectadas en siete distantes sitios en el mundo; sus resultados aparecieron en Nature (398, 690 (1999)), los cuales indican cambios recientes en las cantidades atmosféricas de clorofluorocarbones (CFCs), metilcloroformo (CH3CCl3), tetracloruro de carbono (CCl4), halones (halocarbones bromados) hidroclorofluorocarbones (HCFCs) (ver figura).

Estos compuestos son los que llevan los átomos de cloro o de bromo a la estratósfera, donde catalizan las reacciones que destruyen el Ozono que protege la superficie de la Tierra de radiaciones ultravioleta que son peligrosas. De acuerdo al protocolo de Montreal, la producción de halones, de CFCs, metilcloroformo y tetracloruro de carbono fue prohibida entre 1994 y 1996 en los países industrializados. El tratado permite que los HCFCs , que se usan como sustitutos de los CFCs, se sigan fabricando por otros 30 años o más porque ellos son mucho menos destructivos sobre la capa de Ozono, por ello, las concentraciones atmosféricas de HCFCs continúan aumentando.

Los datos muestran que en promedio, el total de los compuestos químicos que destruyen la capa de Ozono han disminuido en un 3% desde 1994. Sin embargo, la disminución observada se debe casi exclusivamente a la caída dramática de la concentración de metilcloroformo, que se usaba como solvente para limpiar. Los procesos naturales de oxidación en la atmósfera remueven tan eficientemente al metilcloroformo que su concentración atmosférica ha caído rápidamente desde que su producción se detuvo. En cambio los otros gases son más inertes y se destruyen en forma natural más lentamente.

La concentración de uno de los halones, CBrCIF, conocido como H-1211, crece a una velocidad aproximada de un 2% anual, por lo que se hacen insistentes esfuerzos para limitar las emisiones de H-1211. La mayoría del H-1211 proviene de China, se usa preferentemente en los extinguidores de incendio manuales y se comenzó a fabricar en los países desarrollados hace unos 10 años. La UNEP y el Banco Mundial han proporcionado fondos a China para ayudar al término de la producción de halones antes de la fecha límite para los países desarrollados que es el año 2010.



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