Estabilidad de las neuronas
( Publicado en Revista Creces, Agosto 1997 )

Durante muchos años se ha sostenido que el cerebro es un órgano muy rígido. Ya el sabio español Ramón y Cajal, sostenía en el año 1928: ""El cerebro es algo fijo e inmutable. Pueden sus células morir, pero nada se puede regenerar"". Diversas investigaciones posteriores habían confirmado lo mismo: las neuronas, al menos en los primates y el hombre, no se pueden reproducir. Se afirmaba que el cerebro es el único órgano que ya al momento de nacer o muy poco después, alcanza el número definitivo de células, que persisten hasta que irremediablemente se van destruyendo. Los demás órganos, después del nacimiento, continúan multiplicando el número de células e incluso son capaces de regenerar aquellas que se destruyen (Mönckeberg: Desnutrición Infantil, 1990, pág. 81, Editorial Creces Ltda.).

Sin embargo, nuevas investigaciones parecen demostrar que esto no es tan absoluto. Investigadores americanos sugieren que podrían generar nuevas células en los centros de la memoria del cerebro adulto. Según ellos, la memoria no sólo podría mejorar porque aumenten las conexiones dendríticas de ellas, sino también porque aparecieran nuevas células.

Estudios realizados en el año 1970 en ratas, habían demostrado que las células del hipocampo (lugar del cerebro en que se almacena la memoria de largo plazo, (Por qué y cómo recordamos)) si podían crecer. Sin embargo, no habían podido reproducir estos resultados en el mono, por lo que los neurólogos asumían que esto era sólo una propiedad de los roedores.

Pero recientemente Elizabeth Gould y colaboradores de la Universidad de Princeton en New Jersey, publica un artículo en el Journal of Neurocience (Marzo 1997), señalando que en una especie de mono, pueden también crecer las neuronas del hipocampo. Con estos resultados, los investigadores sugieren que ello podría suceder también en los humanos.

Gould y colaboradores inyectaron seis monos adultos con un marcador químico, llamado bromodexoiburidina que imita una de las bases del DNA. Esta sustancia química se puede teñir y se hace visible a la observación microscópica. El equipo de investigadores demostró que este marcador se incorpora al DNA de las células del hipocampo, lo que sugiere que éstas se han dividido y que se han formado nuevas neuronas.

Según sugieren, "la producción de neuronas en el hipocampo adulto, sería un fenómeno natural que podría ocurrir en los adultos". Ya se sabía que el cerebro humano producía nuevas neuronas en una parte primitiva del cerebro, llamado bulbo olfatorio, que es responsable del desarrollo de nuestro sentido olfatorio. Pero esta experiencia es la primera en demostrar que también podrían producirse neuronas en otras partes del cerebro asociadas con la memoria y el aprendizaje.

En el mismo trabajo, Gould observa que al colocar los animales en condiciones de stress, como agruparlos todos en una jaula, se paraliza la producción de neuronas en el hipocampo. Se sabe que el stress modifica la estructura del cerebro, elevando los niveles de hormonas, achicando el hipocampo. Ahora se demuestra que el stress también bloquea la producción de nuevas células nerviosas. Habría que descubrir como se podría lograr que estas se multipliquen. Tal vez la estimulación psicoafectiva y la actividad mental podría ser un estímulo para ello. Se sabe que el lactante desnutrido recupera su capacidad mental dañada si a la alimentación adecuada se agrega la estimulación psicoafectiva.
(Mönckeberg:
Preventive Nutrition, editado por Adrianne Bendich y Richard Deckelbaum. Humana Press 999, Rivervie. Totawa, New Jersey 07512, 1997).



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