Depresión: genética o medio ambiente
( Publicado en Revista Creces, Marzo 1997 )

En la medida que avanzan los conocimientos de biología y la genética, parece confirmar se que todas las enfermedades, en alguna forma, estarían impresas en nuestros genes. Llevados por estos descubrimientos, algunos investigadores tratan de ligar, no sólo las enfermedades, sino que también el comportamiento humano a los genes. De hecho, se han individualizados familias en que muchos de sus componentes presentan una gran tendencia a la violencia. En ellos, incluso se habría detectado un gene específico responsable. Entusiasmados por estos hallazgos, otros tratan de buscar en los genes, depresión. Habría gente que, por naturaleza, es feliz a que, por su naturaleza, tendría tendencia a la depresión. Es decir, nosotros seríamos de alguna manera esclavos de nuestros genes.

En un reciente articulo publicado en Newsweek, en que se describe un estudio realizado en mellizos gemelos, en que cada uno ha vivido separadamente en un ambiente diferente, sugiere que "la felicidad o su ausencia" estaría condicionada más por nuestros genes que por nuestras experiencias de vida: frustraciones, fracasos o nuestros éxitos.

Sin embargo, estas observaciones se contradicen con otros estudios, que parecen demostrar que la tendencia a la depresión varía grandemente de una sociedad a otra, y que ello se explica más por situaciones de stress que por la genética.

Recientemente se ha publicado un trabajo en el Journal of the American Medical Association, en que 17 investigadores determinan la frecuencia de la depresión en 38.000 sujetos en diferentes partes del mundo. De este estudio se desprende que el riesgo de presentar una depresión (definida como la probabilidad de que un sujeto sufra de un episodio anual o más de depresión), varía grandemente de un país a otro: desde un 1.5% en Taiwan a 19% en el Líbano. Entre estos extremos está Corea, con un 2.9%, Puerto Rico 4.3%, Estados Unidos 5.2%, Alemania 9.2%, Canadá 9.6, Nueva Zelandia 11 .8%y Francia 16.7%.

Los investigadores piensan que estas diferencias están relacionadas con situaciones de stress. Así, por ejemplo, el alto nivel de depresiones observadas en Nueva Zelandia y Francia, lo atribuyen al elevado número de fracasos matrimoniales observados en esos países. Por el contrario, en Corea y Taiwan el número de divorcios y separaciones matrimoniales es muy bajo. Se sabe que la separación matrimonial está siempre asociada a un alto riesgo de depresión. Sin embargo en el Líbano, país en el que las separaciones matrimoniales son escasas, existe un enorme nivel de stress, como consecuencia de la larga guerra de duración superior a 15 años, lo que justificaría el mayor riesgo de sufrir depresiones en ese país.

Los investigadores, en este estudio, analizan también la frecuencia de la psicosis maníacas (desorden bipolar), que corresponde a una enfermedad mental, caracterizada además, por extrema agitación y psicosis. Observaron que la frecuencia de esta enfermedad a diferencia de la depresión simple, no varía grandemente de un país a otro. Se sabe que esta enfermedad tiene un fuerte componente genético, que no se observa en la depresión simple.



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