El escorbuto es la consecuencia de una deficiencia de vitamina C y fue descrito en antiguos escritos egipcios, griegos y romanos. La enfermedad se presentaba en los marinos y fue detectada por primera vez en los viajes de Vasco de Gama en 1498. El escorbuto se caracteriza par el sangramiento de las encías, anemia, fatiga, depresión y muerte súbita. La carencia de vitamina C en la dieta produce además serios trastornos en el aparato reproductor masculino. A principios de este siglo se demostró en conejillos de indias, que la falta de vitamina C en la dieta produce una degeneración masiva de las células testiculares, sumado a un efecto secundario anti-fecundante. En la última década se ha demostrado que en el hombre, La disminución de vitamina C en el semen, está estrechamente relacionada con una calidad de espermática reclucida, expresada en términos de disminución de la movilidad, menor número de espermatozoides, alteración en la morfología y abundante aglutinación entre estas células. En pacientes fumadores se encontró que la cantidad de vitamina C en el semen, la cual es aproximadamente 10 veces mayor a la encontrada en la sangre, estaba muy disminuida, correlacionándose con una baja calidad espermática. Luego de la ingestión controlada de vitamina C por varias semanas, estos pacientes lograron aumentar los niveles del ácido ascórbico en el semen, observándose una franca recuperación de la calidad espermática. Se concluyó que la vitamina C protegería a los espermatozoides de agentes oxidantes como la nicotina, la que daña el material genético (ADN) en el espermatozoide. La vitamina C, junto con otros compuestos en el líquido seminal, juegan un papel preponderante en la protección del espermatozoide contra agentes oxidantes. Para ejercer una acción anti-oxidante intracelular, la vitamina C deberá atravesar la membrana de los espermatozoides.

En estudios recientes se ha demostrado que las células sanguíneas transportan la forma oxidada de la vitamina C a través de una familia de proteínas de membrana, conocidas como transportadores facilitativos de glucosa, y se reduce inmediatamente al interior de las células, resultando en su acumulación intracelular. De estos transportadores llamados GLUTs, se ha demostrado hasta la fecha, que solo GLUT1, conocido coma transportador universal, GLUT2 y GLUT4 son capaces de transportar vitamina C.

Nuestro grupo ha llevado a cabo estudios conducentes a identificar y caracterizar las proteínas capaces de transportar azúcares a vitamina C en células espermáticas. Hemos localizado los transportadores GLUT1 y GLUT2 en espermatozoides humanos, de toro y hemos caracterizado funcionalmente el transporte de vitamina C. Tanto los espermatozoides humanos como de toro expresan abundantemente estos transportadores y son capaces de transportar vitamina C a favor de un gradiente de concentración.

El mejor entendimiento del papel de la vitamina C durante la espermatogénesis y de su sistema de transporte, contribuirá a desarrollar metodologías para alterar farmacológicamente el contenido de vitamina C en espermatozoides humanos y así explorar una vía de solución para algunos casos de esterilidad masculina.


Dra. Ilona Concha Grabinger

Instituto de Bioquímica
Universidad Austral de Chile