Tarjeta de memoria óptica promete mejorar calidad de la salud en Chile
( Publicado en Revista Creces, Abril 1998 )

Esta tecnología de última generación asegura beneficiar a los pacientes e instituciones de la salud mediante el aumento de la productividad, reducción de costos y la eliminación de la prestación de servicios no autorizados. Adicionalmente, da respuestas a dilemas éticos-legales, tales como a quien pertenece la ficha medica y como controlar la donación de órganos.

La tarjeta de memoria óptica -del tamaño de una tarjeta de crédito- es uno de los sorprendentes avances que promete, según dicen sus promotores, mejorar la calidad de vida de las personas en diferentes ámbitos, destacándose principalmente las áreas salud e identificación de personas. El impacto que tiene y tendrá esta tecnología queda de manifiesto con el creciente número de proyectos de gran escala que se está implementando en Europa, Estados Unidos y Asia.

Es la tecnología de última generación en tarjetas, conocida como la LaserCard(r). Posee la mayor capacidad de almacenamiento y seguridad en el mundo (4.1MB), cuyos datos no borrables guarda en una superficie similar a la de un disco compacto o un CD-ROM (ver recuadro).

Su tipo de escritura WORM (escriba una vez y lea muchas) permite que los datos grabados puedan ser agregados o actualizados, pero nunca eliminados. En otras palabras, hace posible llevar un registro permanente de nuevos archivos, actualizaciones y cambios e intentos de borrado, pudiendo registrar en la tarjeta lugar, hora y fecha cada vez que ésta es insertada en un lector/grabador.

En nuestro país, los estudios de este tipo de proyectos se están gestionando con el respaldo de un equipo multidisciplinario encabezado por el experto computacional Gustavo Santander y el doctor Sergio Olmedo.


Construcción y materiales

La LaserCard(r) contiene un medio óptico, ancho y reflectivo (DREXON(r)), encapsulado entre capas protectoras transparentes. La información es grabada en forma digital con un código binario de <1 y 0> representadas por la presencia o ausencia de manchas físicas en el medio de grabación. Las manchas son microscópicas en tamaño, tan pequeñas como 2,225 micrones. Para ilustrar esto, el punto más pequeño visible al ojo humano es de aproximadamente 20 micrones.

Las tarjetas ópticas están fabricadas de multicapas de poliester y policarbonato, plásticos que, respectivamente, dan la flexibilidad y la dureza que garantizan su larga vida útil. El último es muy resistente a impactos, por lo que es usado en las ventanas de aviones de combate. De hecho, supera en 1.000 veces dicha propiedad en las tarjetas de crédito de PVC.

La apariencia reflectora de la capa superior del medio de grabación es creada por una alta concentración de plata no filamentaria dispuesta en una matriz. La capa inmediatamente inferior, en tanto, está compuesta por una concentración moderada de plata filamentaria negra en otra matriz, lo que aumenta la sensibilidad de grabación, resaltando la capacidad de absorber la energía láser. Una capa de encapsulado, por otra parte, protege al medio óptico de rayas y de partículas de polvo para mantener la integridad de los datos. Es así como se logra que ambos elementos distorsionadores queden fuera de foco durante la lectura/escritura del rayo láser. Todo ello está resguardada adicionalmente por una capa dura de acrílico que actúa contra abrasiones y rayas.

Asimismo, en Septiembre de 1995 la International Standard Organization (ISO) aprobó para publicación internacional estándares para tarjetas digitales ópticas grabadas con láser, incluyendo los métodos para lectura y escritura. Este estándar oficial mundial, incluye e incorpora el DELA (Drexler European Licensees Asociation) estándar para tarjetas de memoria óptica usado por las LaserCard(r) Optical Memory Cards, que son comercializadas por Laser Card Systems Corporation.
En consecuencia, el documento de stándar ISO ha sido designado ISO/IEC 11693 y 11694. Su aprobación, después de más de 5 años de esfuerzos en numerosos países, confirma la aceptación mundial de la tarjeta de memoria óptica como un importante dispositivo de almacenamiento de datos portátiles para la computadora personal.


Principales aplicaciones

Ya que la tarjeta LaserCard es un medio de almacenamiento, cualquier aplicación que requiera guardar datos en forma compactada y segura puede usarla. Sin embargo, hay algunas áreas donde la tecnología es más indicada, como en la salud e identificación.

Dentro del sector salud existe una gran gama de posibles aplicaciones, particularmente en la ficha médica electrónica y en imaginología.

En tal sentido, esta tarjeta introduce en un sistema de ficha médica electrónica una mejora en la calidad de atención por el solo concepto de entregar mucho mas información que con la que se cuenta hoy al momento de diagnosticar o tomar decisiones determinantes sobre la salud de los pacientes. Además entrega una herramienta que permite la certificación de cualquier reclamo sobre la calidad o demora injustificada de la atención.

Los prestadores de servicios se ven a la vez beneficiados, ya que mediante el registro de cada acción que se produce en el proceso de atención se optimiza el rendimiento del personal administrativo y médico. Se evita también las atenciones a personas no afiliadas al sistema, práctica que en Chile tiene un costo superior a veinte mil millones de pesos al año. Más aún, se produce un ahorro significativo con la eliminación de un sin número de duplicaciones innecesarias de exámenes de laboratorio y radiología, dado que todas estas estarían grabadas en la tarjeta.

Junto a lo anterior, la mejora en el rendimiento de los sistemas de salud se produce además mediante el uso del registro de auditoría permanente que mantiene la tarjeta LaserCard. De esta manera, se consigue la toma de decisiones administrativas forzadas y en un tiempo predeterminado cuando se cumplen todas las condiciones requeridas.

Un ejemplo lo suficientemente elocuente podría ser la hipotética experiencia de la señora Ernestina:


Todos ganan

La señora Ernestina, perteneciente al sistema de salud público, decide comprar un bono para ser atendida por un médico internista. Al hacerlo, presenta su tarjeta óptica y esta es introducida por el funcionario en el lector/grabador, un dispositivo similar a un cajero automático. Al cabo de unos veinte segundos, su identidad es establecida con medios visibles (fotografía, nombre, etc.) y lectura de huella digital biométrica, un método con una probabilidad de error inferior a 0,0001%. Sólo entonces el sistema acepta que la señora Ernestina cancele su bono, el que es grabado en la tarjeta en vez de emitir un impreso en papel. Simultáneamente, quedan almacenados la sucursal, hora/fecha y dato del funcionario de turno.

Pasada esta etapa, la señora Ernestina acude al hospital asignado, donde queda registrado en su tarjeta la hora de ingreso al recinto, luego es llamada para asignarle una fecha y hora de atención con un médico internista. Esta cita es definida y registrada sobre la base de la información de disponibilidad que el centro médico entrega junto a la certificación que acredita la vigencia del bono correspondiente.

La señora Ernestina acude al hospital entonces para ser atendida. Al ingresar a la consulta, presenta su tarjeta, dejando constancia de la fecha y hora de llegada. Enseguida, se le solicita verificar su identidad mediante huella digital biométrica y, si ésta no es rechazada, el bono es transferido de la tarjeta al sistema local.

Luego de una determinada espera, la señora Ernestina es atendida por el médico, quien por su parte deja estampado en la tarjeta la hora de iniciada la consulta en el momento en que él inserta y despliega la información médica de su paciente en la pantalla del computador. Lee su ficha médica y analiza la información contenida con alta confiabilidad y ahorro de tiempo, con lo que se evita someter a la paciente a un vasto interrogatorio para tratar de adivinar su propio historial clínico.

La señora Ernestina está enferma. El médico emite su diagnóstico y éste queda registrado en ese mismo instante en la tarjeta. Solicita una intervención quirúrgica y emite las órdenes para varios exámenes, incluyendo un escáner. Todo ello, por cierto, también es almacenado.

El procedimiento para los exámenes es idéntico al descrito anteriormente, quedando cada uno de ellos grabado en la tarjeta, ya sea en forma gráfica (documento tradicional escaneado) o grabado directamente a ella. Del mismo modo, se almacena el resultado del escáner y su informe correspondiente.

La señora Ernestina cuenta en este momento con todos los requerimientos para que el hospital pueda dar hora y fecha para la intervención quirúrgica. Es en este paso donde se produce lo que los expertos denominan decisión forzada, ya que al realizarse la solicitud de todos los datos pertinentes para validar esta acción, estos son transferidos directamente desde su tarjeta a un terminal. Lo decisivo y relevante del asunto es que ello ocurre sin intervención humana y, por lo tanto, al cumplirse todos los requisitos, el sistema demanda que el administrativo ingrese la hora y fecha de la operación si postergaciones o actitudes burocráticas innecesarias. Indudablemente que hay excepciones, pero éstas quedarán grabados en la tarjeta del paciente. El sistema es transparente, transcurre con alta eficiencia y nadie pierde el tiempo.

Como se puede apreciar, el sistema obliga a las distintas personas que participan en los procesos a asumir su responsabilidad y operar con mayor eficiencia, lo que traduce en una mejor relación inversión/calidad/rendimiento en la entrega de los servicios de salud, cifra que hoy está demostrado que empeora cada año a pesar del aumento en la inversión. En definitiva se entregaría una mejor calidad de atención a un mayor número de personas y a un menor costo.

Existen también aplicaciones de menor envergadura, pero de gran beneficio para problemas específicos del área de salud, como la emisión de tarjetas para madres e infantes destinadas a administrar programas vacunas, controles médicos y subsidios alimenticios. En esta última situación, la entrega de suplementos dietarios puede canalizarse a través de cadenas de supermercados, ampliando de esta forma la capacidad de entrega de los subsidios y, al mismo tiempo, impidiendo la tantas veces inadecuada distribución y/o pérdida de alimentos que jamás llegan a los usuarios que los requieren.

El concepto aplicado para este tipo de aplicaciones es de una base de datos ampliamente distribuida, ya que cada persona porta y tienen disponible toda su información médica cada vez y donde se requiere. El almacenamiento de todos estos datos en un sistema centralizado (servidores) para el sector público supera los 30 terabytes, volumen de datos prácticamente imposible de administrar debido a su costo y capacidad de redes necesarias.

Por lo tanto, la única alternativa viable parece ser tarjetas de estas características capaces de almacenar gran cantidad de información y su posibilidad de operar sin necesidad de costosas redes. Se asegura por esta vía una atención ininterrumpida, incluso cuando nuestro país se encuentre en circunstancias de catástrofes naturales (terremotos, inundaciones), bajo los cuales uno de los primeros servicios que se ven afectados son las redes telefónicas y de datos. Basta con observar los resultados que se produjeron en Santiago por una ventisca que duró sólo veinte minutos.


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