Como eliminar lo amargo del jugo de frutas
( Publicado en Revista Creces, Octubre 1997 )

Según Seprage, una empresa de California, ha descubierto un método para eliminar lo amargo del jugo de fruta. Para ello han aplicado a escala industrial la separación por cromatografía de la nariginina, que es la sustancia que le da el sabor amargo al jugo.

Cuando un líquido que contiene una mezcla de sustancias químicas, se hace circular a través de una estrecha columna que contiene resinas, las diferentes sustancias químicas pasan a través de ellas a diferentes velocidades. Este proceso es lo que se llama cromatografía, de amplio uso en los laboratorios para separar sustancias químicas. Su uso industrial no había sido posible, ya que se requiere de una presión de miles de atmósferas para forzar el material a que pase a través de la resma. Por otra parte, el proceso es muy lento como para que sea conveniente en la industria.

Estos problemas parecen haberse solucionado usando tubos más anchos, haciendo que el líquido fluya por varios agujeros laterales, que confluyen hacia un lumen central. El método es más rápido que la cromatografía convencional y requiere de menos presión.

El sistema trabaja sólo con una presión de una a dos atmósferas y produce un flujo quinientas veces más rápido que la cromatografía convencional. El proceso ya está patentado.

Según Vinit Saxena de Sepragen, la resina al pasar el jugo, capta la mariginina, que es la que da el sabor amargo al jugo de uva, dejándolo con un sabor muy agradable. Por un método similar se puede extraer también la limonena, que es la sustancia que proporciona el sabor amargo al jugo de naranja.

El mismo sistema se podría utilizar en la industria láctica, que se esmera por producir leche de vaca cuya composición sea lo más parecida posible a la leche humana. Por este procedimiento se puede extraer la beta-lactoalbuminia y las inmunoglobulinas bovinas y descartarlas. Por otra parte, compuestos como la lactoferrina y la lactoalbúmina, que están en baja concentración en la leche de vaca, se pueden concentrar, para dejarlas a los niveles semejantes a los de la leche humana.

Los inventores también le ven al proceso otra aplicación en la industria vitivinícola, donde se podrían extraer las sustancias químicas que son características de un vino joven, dándole así la sensación de un vino añejado.

(New Scientist, Marzo 29 de 1997).



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