Saponinas del quillay a mercados del mundo
( Publicado en Revista Creces, Enero 1981 )

Chile exporta la corteza de este árbol, pudiendo extraerle los compuestos allí presentes para incrementar la calidad de lo que vende. Aunque está operando una industria que aprovecha las saponinas de todo el árbol, investigadores señalan que queda mucho por estudiar en esta valiosa especie de la zona central.

El quillay (Quillaja saponaria Mol.) se estima que es originario de Chile y pertenece a una familia que también integran importantes frutales como el duraznero, manzano y frutilla; ornamentales como los crategus y rosas, y malezas como la zarzamora. El género Quillaja cuenta con tres especies sudamericana, entre ellas la chilena.

Se trata de un árbol o arbusto siempre verde, de 2 a 10 metros de altura, con afloración entre noviembre y enero. Se propaga por semillas e hijuelos y desde el siglo pasado ha recibido fuerte presión explotadora de su corteza, de la cual fluye abundante espuma debido a la presencia de saponinas. Entre 1970 y 1975 las exportaciones de corteza alcanzaron las seis mil 500 toneladas, con retornos por encima de los ocho millones de dólares, según se aprecia en la figura 2.

En el período 1970 - 1975 el valor de la corteza se triplicó y en los últimos dos años su precio ha oscilado en torno a los US$ 1.000 por tonelada. Sin embargo, el volumen de exportación ha sufrido variaciones mayores: en los nueve primeros meses de 1979 se exportaron 753 toneladas de corteza, y en similar período de 1980 el nivel de exportación descendió a 377 toneladas. Cabe hacer notar que toda la corteza se vende en el mercado extranjero.

El alto precio de la corteza originó desde un comienzo una explotación desmesurada, motivando en 1944 la dictación de un decreto declarándolo especie en vías de extinción. Posteriormente se han dictado reglamentaciones restrictivas para su explotación.


Amplios usos

Si bien la corteza se exporta desde 1840, su utilización se remonta a la prehistoria. Los araucanos la empleaban para el lavado de la ropa y el cabello; y como infusión para tratar la artritis. En la actualidad, del procesamiento industrial de la corteza de quillay se obtiene una mezcla de saponinas de múltiples aplicaciones técnicas. En medicina se le usa como expectorante, y por su acción favorecedora en la absorción de medicamentos y drogas, entre ellas el curare. Como desinfectante se agrega a sustancias de uso agrícola. Se añade como espumante a licores y bebidas y por la misma razón, es utilizada en la fabricación de extinguidores de incendio. Se agrega a productos destinados a pulir metales y a los aceites lubricantes de taladros; en preparaciones de emulsiones de uso externo como también para mantener en suspensión sustancias insolubles y protectoras de materias coloidales. Como principales usos, en la actualidad, está su empleo tanto en fotografía como en cosméticos, dentífricos y líquidos para el pelo. La mayoría de estos usos se justifican por las propiedades que poseen las saponinas de disminuir la tensión superficial de las soluciones que las contienen.

La mezcla comercial de saponinas posee acción fisiológica como excitante neuronal: en los ojos produce hormigueo y lágrimas, en la nariz dolor e inflamaciones, secreciones intensas y estornudo; su introducción directa en la sangre resulta venenosa debido a su acción destructora de los glóbulos rojos (hemólisis). Algunos estudios recientes realizados con ratas han mostrado que las saponinas de quillay presentan, también, acción espermicida con las características de no ser irritantes de las mucosas vaginales y biológicamente estables, a diferencia de otras formulaciones.


Espuma abundante

El término saponina se aplica a un grupo de productos naturales que tienen en común la propiedad de formar una espuma abundante y persistente cuando se agitan en agua y de producir hemólisis de variada potencia. Están ampliamente distribuidas en el reino vegetal y hasta el presente se les ha detectado en más de 500 géneros de plantas. La corteza de quillay se destaca por su alto contenido de saponina, cercano al 30%, en comparación con el de otras especies que oscila alrededor de uno por ciento.

Fundamentalmente, las saponinas son glicósidos que por acción del agua (hidrólisis) rinden una o más unidades de azúcares y sapogeninas (alcoholes policíclicos poco solubles en agua).

Las saponinas se clasifican en dos amplios grupos según la naturaleza química de sus sapogeninas: esteroidales y triterpénicas. Las primeras tienen interés farmacéutico dado que se pueden convertir en hormonas sexuales, anticonceptivos, agentes anabólicos y drogas del tipo de la cortisona. Presentan, en general, una estructura química relacionada a la del colesterol.

Las más conocidas son las sapogeninas obtenidas de algunas especies de la familia Liliáceas (añañuca, violeta del campo, Huilli) y la diosgenina, importante materia prima que se obtiene de diversas especies de Dioscorea.

Entre las triterpénicas más importantes desde el punto de vista industrial se tienen las obtenidas de Panax ginseng (el ginseng), con los que se elabora una amplia gama de productos, y las de Quillaja saponaria.


La especie en Chile

El quillay se encuentra distribuido en Perú, Argentina y Chile, pero sólo en nuestro país crece en abundancia. En California (Estados Unidos) Liguria (Italia) y Marruecos, existen algunas plantaciones artificiales. En Chile la especie crece de Cordillera a Costa, presentándose como arbusto en el litoral y como árbol elevado en los valles pre-cordilleranos. Su corteza joven es lisa, de color pardo claro, oscureciéndose y volviéndose rugosa a medida que avanza su edad.

Hasta hace pocos años, al extracto comercial de la corteza de quillay se le trataba como una mezcla útil, de composición "enigmática" y con propiedades no siempre uniformes, debido a la escasa investigación básica realizada, si bien se han hecho variados estudios, memorias, tesis y revisiones técnicas. La situación anterior contrasta con la de otras saponinas comerciales señaladas, las cuales se han estudiado intensamente, conociéndose hasta la fecha --por ejemplo- la estructura y decenas de propiedades de todas ellas, lo que ha posibilitado el desarrollo de nuevas aplicaciones y productos.

De las investigaciones químicas realizadas, cabe señalar tres estudios básicos acerca de la constitución de las saponinas del quillay. El primero hecho en Alemania (1926) permitió, a fines de 1939 en Inglaterra, la elucidación de la estructura de la sapogenina principal, conocida como ácido quillaico o quillájico. Posteriormente, en 1968, se identificaron en Argentina los constituyentes de la prosapogenina (sapogenina y un solo azúcar) predominante, resultando ser el ácido glucurónico (un hidrato de carbono) y el ácido quillaico.

Dado el alto interés comercial de la especie, desde 1975 se realizan en el país trabajos de investigación básica y de desarrollo, habiéndose logrado la caracterización química más completa de la prosapogenina señalada y, desde el punto de vista tecnológico, la identificación de las partes restantes del árbol como poseedoras de un contenido de interés en saponinas, factible de explotar.


Industrialización

Una buena muestra de los resultados de las investigaciones realizadas desde diferentes ámbitos, la constituye la puesta en marcha, en marzo de 1979, de una industria destinada a elaborar saponinas de quillay. Ubicada en la quinta región (Concón), se trata de la mayor fábrica de tales sustancias en el mundo. Como la industria utiliza en el proceso troncos, ramas y no sólo corteza, tiene la ventaja de disminuir la tala de árboles con una mayor productividad. Por otra parte, la incidencia del flete en el precio de venta disminuye aproximadamente en un 70 por ciento respecto al material no saponínico que el comprador de corteza debe pagar. El funcionamiento de esta empresa otorga diversas y provechosas ventajas a nuestro país, entre otras, la creación de nuevas fuentes de trabajo.

Sin embargo, queda aún mucho por investigar con el fin de superar los problemas de aprovechamiento, mejora de la calidad, creación de nuevos usos y productos. Es necesario contestar muchas interrogantes como: ¿qué estructura tienen cada una de estas saponinas? ¿qué propiedades presentan cada una de ellas? ¿qué modificaciones son susceptibles de ser introducidas? ¿cuál es el manejo científico de nuestros bosques de quillay para asegurar la repoblación?

El mercado mundial de saponinas alcanza anualmente (1979) a las mil toneladas. Lo que a Chile le interesa es exportar saponinas y moléculas afines y no la materia prima sin valor agregado.


Protección

Por decreto 336 del 17 de febrero de 1944, el Ministerio de Agricultura estableció que la extracción de la corteza debía realizarse después que se haya volteado el árbol, exigiendo que se deje el tocón (muñón) en condiciones de retoñar y autorizando su explotación entre el 1º de mayo y el 31 de diciembre de cada año. Por otro lado, se ha propuesto un método de explotación consistente en la división del fuste en cuatro cuartos, uno de los cuales se extrae cada año, dejándose un período de regeneración de 15 años antes de repetir el proceso.

Si bien lo estatuido son medidas proteccionistas y sugerencias de explotación, es necesario investigar detenidamente aspectos de manejo forestal con miras a una explotación racional y conveniente de esta especie. Nada se conoce acerca de su variación estacional como tampoco de la relación de su contenido con la edad del ejemplar, ni de la composición óptima del suelo para su crecimiento y reproducción.

Por otra parte, Chile se ha convertido en la actualidad prácticamente en un monoproductor de pino insigne con el consiguiente riesgo, por ejemplo, que una plaga (como la polilla del brote) que afectara las plantaciones y existencias en general de pino pondría en jaque la economía forestal. Como dato se tiene que de 370 millones de dólares que representan las exportaciones forestales en el período enero a septiembre de 1980, el pino insigne incide en un 94 por ciento de ellas.

En la medida en que se investiguen desde el punto de vista químico, forestal e industrial tanto el quillay como otras especies, junto con la mejor utilización y nuevos subproductos, se introducirá un elemento para la diversificación en el cultivo, y por lo tanto un factor de protección que asegure el patrimonio forestal de nuestro país, junto al desarrollo de una importante parte de su ciencia y técnica.



Cristián Ibáñez T.

Universidad de Santiago, 1981.



Bibliografía


1. Chemotaxonomie der PflanZen, Band 6, 96 (1973).

2. Química de las plantas chilenas usadas en medicina popular. I. P. Pacheco, M.T. Chiang, C. Marticorena, M. Silva. 1977: 183-184.

3. Flora Silvestre de Chile. Zona Central. Adriana Hoffman J. 1980.


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