James Joseph, de la Universidad de Tufts en Boston, ha estado estudiando el efecto de los alimentos ricos en antioxidantes, como es el caso de las frutillas, el arándano y las espinacas. Comprueba que los antioxidantes revierten la pérdida de la memoria, probablemente porque captan los radicales libres que se acumulan y dañan las células cerebrales (Los radicales libres: los manipuladores de la química).

En la experiencia que realizó Joseph, suplementó la dieta de tres grupos de ratas, cada uno con frutillas, arándanos o espinacas, por un período de ocho semanas. Ellas tenían 19 meses de edad, lo que corresponde a unos 65 años en los humanos. Luego midió su memoria y movilidad, mediante tests estándares.

Todas las ratas que recibieron esta dieta, mejoraron notablemente su memoria, a diferencia del grupo control que recibió una dieta corriente. (The Journal of Neuroscience, vol. 19, pág. 8114, 1999).

Pero las ratas que recibieron arándanos mejoraron aún más, lo que el autor interpreta como debido al contenido de otras sustancias llamadas polifenoles, que contiene esta fruta y que también tienen efectos antioxidantes. El autor señala que con el consumo de estos alimentos, hay evidencias que mejora la forma en que las neuronas se comunican entre sí, y además reducen la inflamación que se produce en el cerebro como consecuencia de la edad. Ahora habría que probar este efecto en el Alzheimer.