Pequeñas partículas contaminantes pueden matar
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2000 )

Diversos estudios realizados en estados unidos continúan acumulando evidencia que indica que el material particulado puede ser causante de aumento del número de muertes.

Hace cuatro años la "U.S. Environmental Protection Agency (EPA), desató una tormenta cuando declaró que miles de personas estaban muriendo cada año al respirar partículas de polvo y hollín y propuso una nueva reglamentación para atacar a estos contaminantes. Grupos industriales y algunos científicos contra-argumentaron diciendo que los datos para proponer estos nuevos estándares sobre el Material Particulado (Particulate Material = PM), no eran concluyentes y la industria llevó el caso a la Corte. Un estudio realizado por un grupo que ampliamente se percibe como políticamente neutro, respalda sólidamente la decisión de la EPA, e implica fuertemente a las pequeñas partículas en el exceso de muertes sobre un determinado nivel.

El estudio es el mayor que se ha hecho para examinar la relación entre los niveles diarios de partículas -que provienen principalmente de¡ suelo, de vehículos motorizados y plantas industriales- y muertes en USA. Dado a conocer a comienzos de Julio del 2000 por el "Health Effects Institute (HEI), en Cambridge, Massachusetts una organización sin propósitos de lucro, financiada por la industria y el gobierno- el estudio encontró que la frecuencia de muerte, en las 90 ciudades más grandes de USA, aumentaba en un promedio de 0.5% por cada aumento de 10 g/mm3 de las partículas menores de 10 m en diámetro, conocidas como PM10 El número no es muy diferente del encontrado en estudios anteriores, pero ahora el caso es más contundente, ya que la amplitud del nuevo estudio descarta cualquier idea que el efecto pudiera haber sido causado por otro contaminante diferente del PM10 o por un exceso de calor. Así, aunque todavía quedan muchas preguntas acerca de cómo las pequeñas partículas matan a la gente, el estudio del HEI muestra que no hay equivocación de que el PM es el culpable.

Fue un estudio similar sobre la relación entre la fluctuación día a día de las partículas finas y la frecuencia de muertes que despertó la alarma sobre el PM hace unos 10 años. En ciudades como Filadelfia, los investigadores encontraron que en los días cuando la contaminación subía, aunque permaneciendo por debajo de los estándares federales, se producían más muertes y hospitalizaciones de personas mayores (38 edad) por enfermedades pulmonares y cardiacas. Aunque el aumento fue poco en cada ciudad estudiada, los efectos de las partículas en el mediano y largo plazo se sumaban, llegando a un número significativo de muertes; las estimaciones llegaron aproximadamente a 60.000 por año. Los estudios de laboratorio demostraron que mientras menores eran las partículas, mayor era la posibilidad de alojarse en los pulmones, sugiriendo a la EPA que debía apuntar a partículas más finas que las de antes, a aquellas menores que 2,5 mm de diámetro.

Sin embargo, en 1966 cuando la EPA propuso por primera vez un nivel máximo de PM 2,5 , junto con estándares más estrictos de Ozono, los grupos industriales se pusieron en pie de guerra. En audiencias en el Congreso, los científicos también hicieron preguntas, entre ellas si la relación aparente entre muertes y niveles de PM era real o debida a otros contaminantes (Science, Julio 25, 1997 pág. 466). EPA siguió adelante con los nuevos estándares, pero estableciendo un período de moratoria de 5 años para permitir más investigación sobre el problema. Mientras tanto, una Corte de Apelaciones de USA, dictaminó el año pasado, que la evidencia científica apoyaba los estándares de PM, de la EPA. En el próximo Otoño de USA, la Corte Suprema examinará el problema legal:si la interpretación de la EPA acerca del "Acta de Aire Limpio" excede o no la autoridad constitucional del Congreso.

Para ayudar a resolver la incertidumbre sobre el PM, en 1966 el HEI comenzó a financiar el estudio llamado "Morbilidad Nacional, Mortalidad y Contaminación del Aire" (NMMAPS), Investigadores en Harvard, revisaron las bases de datos sobre muertes diarias, la condición cismática y la contaminación ambiental, incluyendo cada ciudad importante con contaminación significativa de PM y usando los mismos métodos para analizar a cada una; el equipo obtuvo fuertes correlaciones estadísticas, más demostrativas que las que se habían obtenido antes para una ciudad aislada en particular, encontrando un claro efecto del PM10 a través de 90 ciudades.

Otra investigación reciente también ha reafirmado el caso contra las partículas finas. Estudios en hombres equipados con monitores del corazón, han encontrado cambios potencialmente dañinos en el ritmo del corazón cuando aumentaba el nivel del PM (Science, Abril 21, 2000, pág. 424). Un estudio NMMAPS, dado a conocer en Mayo de este año, demostró que las mediciones del PM en los exteriores era un buen substituto para conocer el PM que entra en los hogares, donde la gente pasa la mayor parte del tiempo. En Julio reciente el HEI entregó otro estudio que analiza el trabajo llamado "Estudio de Seis Ciudades sobre muertes en el largo plazo y el PM en ciudades y que reafirma los resultados anteriores.

Los resultados del estudio NMMAPS indicaron una variación de la correlación por regiones: el aumento de muertes fue mayor en el Noreste de USA y menor en el Suroeste. Una posibilidad es que el PM en el Noreste contiene más sulfato que en el Oeste, debido al uso del Carbón en las plantas generadores de energía. Averiguar cuál de los componentes del PM -sulfatos, metales, ácidos o partículas ultrafinas - son los dañinos y cómo lo hacen, es crítico para determinar cuáles son las fuentes que deberían ser reguladas por la EPA. Los investigadores están ahora atacando estos puntos con una gran oleada de trabajo sobre los mecanismos causantes del daño y se esperan respuestas muy pronto.



Extractado de: Science, Vol. 289, julio 7, 2000, pág. 22


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