Necesitaba Goliat anteojos
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2000 )

La victoria del joven David sobre Goliat, derribado por un guijarro en la frente, y luego decapitado con su propia espada, se ha convertido no solamente en el símbolo del triunfo del pequeño sobre el poderoso, sino en el tema de infinitas obras de arte. Pero el secreto detrás de la caída de Goliat puede hallarse en un plano brevemente más terrenal: una visión periférica severamente dañada.

En Samuel I, capítulo 17 está escrito: "Salió entonces del campamento de los fiIisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía una altura de seis codos y un palmo". Eso es aproximadamente tres metros en las medidas actuales. "Esa estatura proviene de una sola enfermedad, la acromegalia", dice el Profesor Vladimir Berginer de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Ben Gurión en el Néguev.

La acromegalia es un desorden que resulta de la producción de exceso de hormonas de crecimiento. El nombre acromegalia viene de las palabras griegas para "extremidades" y "crecimiento", y el desorden se manifiesta generalmente en el crecimiento anormal de las manos y los pies. Las personas afectadas por la enfermedad antes del crecimiento normal en la infancia o adolescencia, si no son tratados con medicamentos, cirugía o radioterapia pueden crecer extremadamente, un estado conocido como "gigantismo". Adultos que desarrollan acromegalia pueden sufrir de expansiones internas si no son tratados.

Pero fue uno de los "efectos secundarios" de la acromegalia el que despertó intensa atención de los medios de comunicación, incluyendo una nota de cuatro páginas en el suplemento semanal del diario hebreo Haaretz, después que el profesor Berginer sugiriera que Goliat sufría de dicha enfermedad.

El profesor Berginer, que ha tratado a varios pacientes que sufrían de acromegalia, explica que ésta es una enfermedad neuro-endocrinológica relacionada con la glándula pituitaria, que produce algunas importantes hormonas que controlan varias funciones del cuerpo, como la reproducción y el metabolismo, así como el crecimiento y el desarrollo. Grandes tumores benignos hacen que la glándula expida grandes cantidades de la hormona del crecimiento causando un crecimiento anormal del esqueleto y de otros tejidos. La enfermedad puede provocar además muchos otros serios síntomas patológicos, desde hipertensión a diabetes, órganos dilatados, e incluso la muerte, pero la visión periférica defectuosa, más conocida como "visión de túnel" es una de las características más sobresalientes de la acromegalia.

Si Goliat, efectivamente padecía de acromegalia y sufría de visión de túnel, y el joven David se acercó al filisteo desde el costado, "desde su punto ciego", no debe haber sido visto, sostiene Berginer. En resumen, David pudo haber lanzado su golpe al gigante filisteo antes que Goliat pudiese ver que era lo que golpeaba.

La teoría del profesor Berniger recibió fundamentación de otra fuente, de la cual el neurólogo no tenía conocimiento. El año pasado The Times de Londres publicó una nota sobre los avances en el tratamiento de la acromegalia. El artículo planteaba también la hipótesis de que Goliat sufría de la enfermedad, pero agregaba que aparte "de la visión de túnel que dificultó a Goliat ver el guijarro que venía desde la honda de David... en común con otros pacientes de esta enfermedad, Goliat probablemente era anormalmente débil y muy propenso a ser derribado con una sola piedra. Probablemente debe haber estado sudando y sintiendo náuseas, otros síntomas de la acromegalia, lo que lo dejaba de todas formas en muy malas condiciones para una lucha cara a cara", sostuvo The Times.

El profesor Berniger subraya que su investigación no disminuye el heroico hecho de David quien seguramente desconocía la enfermedad de Goliat y fue a "enfrentar al filisteo". No obstante, explica el resultado del combate a la luz del conocimiento médico actual.

Una rara enfermedad que afecta anualmente a tres de cada millón de personas, podría explicar cómo venció David a Goliat, dice el neurólogo de la Universidad Ben Gurión, Profesor Vladimir Berginer.


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