Efecto de la guerra biológica en China
( Publicado en Revista Creces, Junio 2001 )

Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón habría dejado caer sobre China moscas infestadas, que produjeron una plaga. En la última semana, testigos expertos testificaron esto frente a la Corte de Tokio (New Scientist, Febrero 3, 2001, pág. 5).

Médicos chinos describieron los efectos duraderos de las armas biológicas empleadas por los japoneses el año 1940. En esa época se esparcieron moscas infestadas en la ciudad de Ningbo y Quzhou, en la provincia de Zheijian. Días después, se inició una epidemia de tifoidea, y desde entonces han continuado apareciendo casos hasta después de 1950.

La Corte del Distrito de Tokio está ahora decidiendo un juicio por compensaciones presentadas por 180 parientes de 108 víctimas que fallecieron de peste bubónica durante el mismo período. El gobierno japonés niega que sus tropas hayan usado armas biológicas.

En aquella época, las autoridades de la ciudad trataron de erradicar la plaga, quemando hospitales y casas infestadas. Pero de acuerdo a lo señalado por el bacteriólogo Huang Ketai, nuevos casos se continuaron presentando hasta varios años después. Según afirma Qui Ming-xuan, un sobreviviente del ataque bacteriano, los aviones japoneses dejaron caer bolsas de papel en la ciudad de Quzhou, que contenían aproximadamente 10 moscas cada una, con un trapo y granos de trigo. Qui cree que estaban contaminadas con bacilos de peste bubónica, cólera, fiebre tifoidea y ántrax. Qui afirma que aun después de 60 años, todavía encuentra ratas, perros, gatos y otros animales, con anticuerpos contra la peste bubónica. También un porcentaje importante de personas todavía presenta cuadros de tifoidea. "En la historia de la ciudad de Quzhou nunca se habían presentado plagas de peste bubónica, pero después que se produjo el ataque japonés, murieron de esta enfermedad 50.000 personas", dice Qui.

El bacteriólogo Huang presentó evidencias que relacionan las caídas de estas bolsas de papel y la aparición de la plaga unos días después. Se sabe que el período de incubación es de siete a diez días. Huang señala también que las moscas no eran nativas de esa área, lo que hace más sospechosos a los japoneses.

De ser cierto esto, nos muestra lo peligroso que pueden ser las armas biológicas.


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