Historia de la vitamina C y el escorbuto
( Publicado en Revista Creces, Junio 2001 )

En tiempos de los veleros y los largos viajes, el escorbuto era la gran limitante. Fue el medico James Lind quien descubrió el efecto beneficioso del jugo de cítricos para su prevención y tratamiento. Pero tan importante como este descubrimiento fue la metodología empleada para llegar a el.

William Hutchinson, arquitecto naval, viajó en el año 1738 durante tres meses a las Indias Occidentales. Como muchos otros que en aquellos tiempos realizaron largos viajes, padeció de escorbuto. Describió su enfermedad señalando que se sentía muy cansado y deprimido, y que en el viaje perdió todos sus dientes. Se le hincharon sus encías, que parecían tan blandas como jalea. Sangraba constantemente y tenía que mantener la boca abierta, con la cabeza colgando de la hamaca, ya que de lo contrario se le pegaban las dos encías y no podía alimentarse. La descripción de esta horrible enfermedad, se repetía en gran número de los navegantes que viajaban por largos periodos, sin tocar puertos.

El hombre que logró prevenir todas estas miserias fue el Dr. James Lind, médico entrenado en Edimburgo, y asignado como cirujano a un barco de la Marina Real en 1739. En sus escritos, Lind afirmaba que el escorbuto, durante la última guerra, había sido más destructivo que el enemigo y que el costo en vidas había sido más que en todas las batallas con las armadas de Francia y España juntas". Su descubrimiento en relación a que el jugo de los cítricos curaba y prevenía el escorbuto, cambió diametralmente las cosas y abrió nuevos rumbos para la navegación y las exploraciones. Sin embargo, su descubrimiento no fue fácilmente aceptado.

Tan interesante como ello, pero menos conocido, es cómo él llegó a esta conclusión. Desarrolló una investigación que, mirada con los ojos de hoy día, permiten afirmar que éste fue el primer ensayo clínico controlado.

Fue en el barco de su Majestad, "Salisbury" en el año 1747. El lo relata en su libro "Tratado del Escorbuto", en la siguiente forma: escogió 12 pacientes con síntomas declarados de escorbuto, los más parecidos posible. Los colocó juntos en un lugar y a todos les dio la misma dieta: "en la mañana agua endulzada con azúcar, un caldo de cordero para el almuerzo, jaleas y bizcochos preparados con azúcar. Para la comida, cebada, pasas, arroz, grosellas, sagú y vino.

Con esta dieta basal, los separó en seis grupos, de dos personas cada uno. Al primer grupo agregó a su dieta un cuarto de cidra al día. A otros dos, 25 gotas de un elixir de vitriolo, tres veces al día, para que hicieran gárgaras (el vitriolo es ácido sulfúrico, que en este caso estaba diluido). A la tercera pareja le dio dos cucharaditas de vinagre, tres veces al día. Al cuarto grupo le dio a beber una pinta de agua de mar todos los días. Al quinto grupo, le prescribió nuez moscada en una pasta que recomendaban los médicos del hospital, tres veces al día. Ella incluía picado de ajo, semillas de mostaza, tamarindo y crema tártara.

El último grupo recibió un par de naranjas y limones, repartidos tres veces al día. Los resultados del experimento fueron claros. El grupo que recibió cidra tuvo alguna mejoría, pero los que recibieron los cítricos mejoraron espectacularmente. Lind escribe: los que recibieron las naranjas y los limones, experimentaron un efecto rápido y visible. A los seis días aun tenían algunos signos en las encías, pero cuando el Salisbury llegó al puerto de Plymouth el 16 de Junio, ya estaban en perfecto estado de salud.

Es así como Lind no sólo descubrió el tratamiento del escorbuto cuando aún ni se conocía la vitamina C, sino que además tuvo el mérito de desarrollar el primer ensayo clínico comparado. Esta idea que ahora parece tan simple y lógica, en ese tiempo marcó una revolución. Claro que ese experimento con tan escaso número de pacientes en cada grupo, seguramente que habría sido rechazado por las revistas científicas de hoy, como también se habrían rechazado muchas de las experiencias de Pasteur. Afortunadamente en ese tiempo no había pares evaluadores.

A pesar de la trascendencia del descubrimiento de Lind, que solucionaba un problema tan grave para la navegación mediante un tratamiento tan simple y económico, pasaron muchos años sin que se tomaran medidas. Fue el capitán James Cook quien convenció al almirantazgo después de regresar de un largo viaje, para que la medida fuera implementada en la Marina Inglesa (1795). Como el mismo Lind señala: "No es fácil eliminar los prejuicios o contradecir opiniones que han sido aceptadas por el establishment y por las grandes autoridades".

Pero hay que reconocer que los médicos son conservadores y tuvieron que pasar 100 años más (hasta las primeras décadas del siglo XX), para que la metodología de investigación empleada por Lind llegara a ser una rutina y se utilizaran los tratamientos comparados para dilucidar diferencias. Ha sido aún más reciente el perfeccionamiento de la metodología, que ha permitido disminuir al máximo las interpretaciones subjetivas (randomización en las muestras y el método "doble ciego", en que ni el enfermo ni el médico experimentador conocen qué grupo está recibiendo qué).



Tomado del artículo de Geoff Watts.< New Scientist, Febrero 26, 2001, pág. 46.


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  • 07-08-2018 15:14:01

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