Estimulación cerebral por magnetismo
( Publicado en Revista Creces, Julio 2002 )

La estimulación del cerebro mediante la aplicación de un campo magnético en la superficie del cráneo, podría aparecer como un procedimiento esotérico. Sin embargo, prestigiosas revistas como Lancet, Neurology y Science, ya han publicado varios artículos que señalan su utilidad en varias patologías cerebrales, especialmente las depresiones profundas.

El Ministerio de Salud de Canadá como también el Food and Drug Administration de Estados Unidos, han aprobado la estimulación magnética del cerebro como una terapia adecuada en el tratamiento de las depresiones mayores. Son también varios los centros que están estudiando su aplicación en el tratamiento de algunos síntomas de esquizofrenia, en obsesiones compulsivas y en la enfermedad de Parkinson. Por otra parte, en un estudio reciente parece demostrarse que la estimulación magnética transcerebral acelera diversas capacidades intelectuales y motoras (Science, Mayo 18, 2002, pág. 1268).

La técnica comenzó a utilizarse en el año 1985, pero como una herramienta de investigación para analizar la respuesta a la estimulación mediante un campo magnético colocado sobre diferentes zonas del cerebro. Este produce modificaciones de la actividad cerebral, aun cuando no está claro cuál es el mecanismo. "No es raro que la estimulación magnética influya sobre las neuronas, dado que éstas son unidades eléctricas que responden a cambios en la concentración de partículas cargadas dentro y fuera de la célula". Desde hace tiempo se sabía que la estimulación eléctrica directa podía gatillar la actividad de las neuronas (ver foto), pero su uso clínico o en investigación era limitado por la sensación dolorosa que produce la aplicación de electricidad. En cambio el magnetismo no produce molestias. Es una técnica no invasiva, que se traduce en la generación de una corriente en el cerebro, que actúa inmediatamente por debajo de la aplicación del campo magnético (ver figura), induciendo una comunicación neuronal en la zona del tejido al que se dirigen las ondas magnéticas.

Si la corriente inducida es lo suficientemente fuerte, puede interferir en la comunicación neuronal en la zona donde se ha enfocado y producir una "lesión temporal". Así por ejemplo, el análisis de una descarga simple de estimulación magnética transcraneal, permite constatar cómo una región específica contribuye a una determinada tarea. Así como se ha podido ver que al recorrer con el campo magnético la corteza visual, se interfiere con las imágenes visuales (Science, Abril 2, 1999, pág. 167).

La técnica de estimulación puede realizarse también por descargas repetidas, y a diferencia de la aplicación única, se logran efectos más duraderos. Para lograrlos es necesario calibrar la intensidad de la estimulación magnética, colocando el campo magnético sobre la corteza motora de la persona. Los investigadores mueven la fuente y ajustan la intensidad, hasta que encuentran lo que Marck George de la Universidad de South Carolina llama "el punto dulce", que es una región de la corteza motora que cuando se estimula, causa una contracción del pulgar. Así determinan la intensidad, que luego usan para distribuir pulsos repetidos en otras partes del cráneo. Han observado que las estimulaciones de baja frecuencia, de alrededor de 1 a 5 pulsos por segundo, tienden a deprimir la actividad cerebral. En cambio las frecuencias altas, de alrededor de 25 pulsos por segundo incrementan la excitabilidad. Los efectos duran entre unos pocos minutos, hasta dos horas.

"No está en absoluto claro el por qué las distintas frecuencias de las estimulaciones gatillan diferentes respuestas de las neuronas", señala Eric Wassermann, jefe de la unidad de estimulación en el National Institute of Neurological Disorders and Strock en Bethesda, Maryland (NIH).


Estimulación en la depresión

Para la depresión se usa una terapia electroconvulsiva, con lo que se consigue curar los casos de depresiones persistentes. En este caso, la técnica funciona causando una convulsión. "Después de la convulsión todas las funciones cerebrales cambian radicalmente", explica Wassermann. El hecho es que en algunas personas con depresiones resistentes a otras drogas, la estimulación magnética prefrontal produce un franco alivio. Por el estudio de neuro-imágenes se sabe que la región prefrontal izquierda es menos activa en las personas con depresión. Con la misma técnica se observa que ondas magnéticas logran estimular esta zona.

En un tratamiento común para un paciente deprimido, se le aplican una vez al día, durante 20 a 30 minutos, estimulaciones magnéticas en la región prefrontal izquierda. Estas se repiten diariamente durante 2 a 4 semanas.

Según Alvaro Pascual-Leone de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en la depresión la corteza prefrontal izquierda está conectada en una red de áreas cerebrales que están mal ajustadas y al estimular desde allí, se tiene acceso al circuito límbico, que por décadas los investigadores han relacionado con las emociones. De esta forma la estimulación magnética de la zona, calma al circuito entero.

También se ha experimentado con la estimulación magnética, en casos de esquizofrenia (Lancet 2000). Es así como estimulando la corteza temporoparietal (sobre la oreja), se ha observado una franca disminución de las alucinaciones auditivas. En todo caso, ésta y otras enfermedades cerebrales constituyen un área que aún está en las primeras etapas de estudio, pero que ya está siendo abordada por diferentes grupos de investigadores.


Otros efectos interesantes

Los efectos de la estimulación mediante la aplicación de un campo magnético al tejido cerebral, no sólo se han comprobado útiles en las afecciones neurológicas y psiquiátricas, sino también en muchas otras funciones cerebrales normales. Investigaciones recientes han demostrado que induce cambios en el estado de ánimo de las personas. Actúa también en las áreas cerebrales del lenguaje, observándose una mayor fluidez en las palabras o en la mayor rapidez para recordar los nombres de personas frente a fotografías de ellas.

"En la actualidad se hacen investigaciones para evaluar cómo la estimulación magnética facilita el pensamiento, y se sospecha que eleva la línea basal de la actividad neuronal, de modo que éstas no tienen que trabajar tanto para activar la memoria", según señala Grafman. Incluso aplicada a áreas motoras, permite reacciones motoras más rápidas, que también se ha podido medir.

"Se trata de una metodología democrática, ya que el costo del equipo es de 30 mil dólares, lo que es bastante más bajo si se compara con el 1.5 millones de dólares que cuestan los equipos de imágenes de la resonancia nuclear magnética", afirma Wassermann. Claro que aún es una tecnología muy joven, que está llena de preguntas que necesitan respuesta, pero sus posibilidades futuras parecen muy promisorias.



Bibliografía

Laura Helmuth: Boosting Brain Activity from the Dutside en Science, vol 292, Mayo 18, 2002, Pag. 1284.


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