La dioxina en Bélgica
( Publicado en Revista Creces, Julio 1999 )

La dioxina, un poderoso tóxico que además de ser cancerígeno, afecta el desarrollo cerebral, al sistema inmune y la producción de hormona tiroidea y esteroidales, ha sido detectado en los pollos y huevos en Bélgica. Muchos alcanzaron a consumir estos alimentos y se teme que ello sea especialmente riesgoso para los niños pequeños. Dada la voz de alarma, se ha tenido que destruir miles de toneladas de alimentos peligrosos.

Ya en el mes de Enero, los criadores de pollos habían comenzado a notar que los huevos no se incubaban y que los pollos comenzaban a padecer de alteraciones neurológicas. Al principio pensaron que las formulas tenían alguna deficiencia de nutrientes básicos. Pero como los síntomas de las aves se agravaran, los productores de alimentos enviaron muestras al Instituto de Control de Calidad de Productos Agrícolas de Bélgica.

RIKILT, encontró que la grasa de la muestra contenía 781 partes por trillón de dioxina, lo que significaba 1500 veces más alto que el límite permitido. La fuente de contaminación se identificó en una partida de 80 toneladas de grasa producida en Verkest, una compañía cerca de Ghent, que a su vez había vendido el producto a 12 empresas manufactureras.

Wim Traag de RIKILT afirmó que toda la dioxina provenía de 8 litros de aceite contaminado, que se mezcla con la partida de grasa. El cómo llegó allí ese producto no está aún claro. El alimento fabricado con esta grasa (1600 toneladas) era suficiente como para alimentar 16 millones de pollos por día. Pero también con esta partida se alimentaron cerdos y ganado, lo que obligó también a retirar estos productos del mercado. Posiblemente la medida ha sido tardía, y lo probable es que estos animales puestos en los anaqueles del mercado, ya han sido consumidos por el público. Se trata entonces de la contaminación de una sola partida de alimentos, habiéndose ya comprobado que las posteriores están libres del tóxico.

En algunos pollos que se alcanzaron a pesquisar, se encontró que su grasa (en que preferentemente se concentra el tóxico) contenía 958 partes por trillón de dioxina y también 775 partes por trillón de PCBs, que es otro producto tóxico. Los huevos contenían en la yema 900 partes por trillón de dioxina. De haber consumido un solo huevo, la persona habría consumido 40 veces más que lo recomendado como máximo por la organización Mundial de la Salud.

El impacto que esto puede haber tenido en la población belga, obviamente depende de la cantidad de alimentos contaminados que hayan ingerido en el plazo de una semana, que es el tiempo que éstos están en el mercado. Lo probable es que la cantidad de alimento consumido por persona no haya sido alta. La mayor preocupación es la población infantil, dado que el tóxico persiste en las grasas del cuerpo y su efecto se puede ir desarrollando en función del tiempo.*


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