Un solo gene para la saciedad y el hambre
( Creces, 2006 )

Decididamente en el genoma humano se encontraron menos genes de los que se esperaba y ahora hay que hacer esfuerzos para tratar de comprender cómo se las arregla el organismo con tan pocos genes. Antes de comenzar a secuenciar el genoma, se pensaba que sobrepasaban los 100.000 genes. Después de completado éste, ha quedado claro que son menos de 25.000. No nos queda sino pensar que un mismo gene tiene que tener distintas funciones. En este caso y por primera vez se ha ido comprobando que un mismo gene codifica dos hormonas rivales: una que produce la sensación de hambre, y otra que suprime el hambre.

Este descubrimiento confirma la hipótesis de doble función de un mismo gene. En los humanos ya se conocía una hormona que actuaba como estimulante del apetito. Esta es la llamaba "Ghrelina". Pero ahora sucede que éste mismo gene codifica además otra hormona que nos anuncia que estamos satisfechos y que por lo tanto hay que dejar de comer. El descubrimiento lo realizó Aarón Hsueh de la Universidad de Stanford en California (Science; vol 310, pág. 996, 2005).

Después de examinar la secuencia del gene de la Ghrelina perteneciente a 11 mamíferos diferentes, el equipo de Hsueh concluyó, que ésta era sintetizada por un determinado gene, que además sintetizaba una segunda proteína corta o polipéptido, con una estructura muy particular. Los investigadores fueron capaces de extraer el polipéptido del contenido del estómago de una rata.

Después de haberlo aislado, fueron capaces de producir una versión sintética de él, que inyectaron en el intestino de un grupo de ratas. "Para nuestra sorpresa, ella suprimió el apetito en todas las ratas", afirmó Hsueh. El efecto fue tal, que las que recibieron la hormona (que denominaron "obestatina"), disminuyeron los alimentos ingeridos a la mitad y perdieron un 20% de su peso. Mientras tanto, las que recibieron Ghrelina, mantuvieron el peso.
Ahora Hsueh está investigando si la pérdida de peso del grupo que recibió obestatina, se debió a que sintieron nauseas, o que directamente el polipéptido controló el apetito previniendo que el estómago se contrajera y empujara el alimento hacia el sistema digestivo. En el caso que sea esta segunda razón, podría llegarse a disponer de una nueva droga adecuada para controlar la obesidad, lo que bien se necesita.



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