Trasplante fecal contra el Clostridium difficile
( Creces, 2013 )

Durante los últimos años ha sido frecuente que cepas muy virulentas del bacilo Clostridium difficile contaminen la mucosa del colon, desplazando de allí a los gérmenes saprófitos habituales, llegando a producir hasta inflamaciones graves con elevada mortalidad. En ellos la primera recomendación de tratamiento es el trasplante fecal proveniente de un donante sano, ya que mediante él se logra restablecer el dominio intestinal de una flora saprófita normal.

Durante los últimos años el bacilo Clostridium difficile, realmente ha pasado a honrar su nombre, como consecuencia de lo pertinaz y difícil que es erradicarlo cuando ha llegado a instalarse en la mucosa intestinal. Al comienzo solo produce algún malestar y diarrea, pero esta se va prolongando en la medida que la bacteria va invadiendo la mucosa rectal, hasta llegar a cubrirla totalmente mediante una seudo membrana. Se trata de una infección grave, con una elevada letalidad. Para su tratamiento es frecuente que se prescriban antibióticos de amplio espectro que actúan sobre una amplia variedad de bacterias, como por ejemplo la vancomicina y el metronidazol (Flagyl). Son estos mismos antibióticos los que en definitiva pasan a ser un arma de doble filo, ya que por un lado, el C.difficil fácilmente desarrolla resistencia frente a ellos, mientras que por otro, ellos mismos terminan matando a todas las bacterias intestinales amigas que normalmente constituyen nuestro microbiota intestinal (Microbiota Intestinal, Metabolismo y Balance Calórico).

Es frecuente que con un primer tratamiento con antibióticos el paciente mejore, pero rápidamente vuelve a decaer, ya que algunas bacterias sobreviven y vuelven a desarrollarse, repitiendo las recaídas una y otra vez, agravando cada vez más al enfermo. Incluso en algunos enfermos, al no tener mejoría se llegan a intervenir quirúrgicamente, resecando el colon. (Recientemente, en el año 2012, el Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado una nueva droga antibiótica, llamada "fidaxomicina", que produce menos recaídas, dado que su espectro de acción es más específico).

La solución, el trasplante fecal

Aun que el procedimiento pareciera como algo nuevo, se sabe que se ha sido utilizando en China para el tratamiento de distintas enfermedades gastrointestinales, ya desde el siglo IV. En la actualidad se viene utilizando desde hace pocos años, para el tratamiento de las infecciones intestinales graves producidas por el porfiado Clostridium difficile. La idea es atacarlo definitivamente y en su lugar reponer la microbiota intestinal normal. Según la literatura, la técnica se ha estado practicando en Estados Unidos, Europa y Australia, habiéndose realizado en ya más de 300 pacientes infestados con C.difficile. Los resultados han sido sorprendentes, ya que más del 90% de los pacientes se ha mejorado completamente. "Hay que agregar que el procedimiento es barato y sin complicaciones", según dice Lawrence Brandt, profesor de medicina y cirugía del Albert Einstein College of Medicine, que lo ha estado desarrollando desde 1999.

Fue a partir del el año 2000, cuando apareció una cepa muy virulenta de C.difficile, cuando los enfermos se comenzaron a incrementar notablemente, no solo pacientes de tercera edad, sino también en niños, mujeres embarazadas y personas que aparentemente no se catalogaban como vulnerables. Un estudio de los últimos años señala que en USA, el número de adultos hospitalizados por contagio de C.difficile, se ha elevó de 134.000 en el año 2000, a 291.000 en el año 2005. También las tasas de mortalidad se han incrementado de 5.7 muertes por millón en 1999, a 23.7 muertes por millón en el 2004 (Maryn McKena. Swapping Germs. Scientific American, Diciembre 2011, p. 34-36).

La verdad es que no se conoce como el trasplante de microbios logra eliminar al C.difficile. El hecho es que Alex Khoruts, gastroenterólogo e inmunólogo de la Universidad de Minnesota, que ha hecho muchos trasplantes fecales, ha demostrado que las bacterias trasplantadas desplazan al C. difficile de las paredes del intestino. Para tener más seguridad, los médicos que hacen el trasplante se aseguran previamente que el donante no presente ninguna enfermedad digestiva, y además les piden los mismos requisitos que se exigen para las transfusiones de sangre. En general el trasplante, se hace mediante colonoscopía o con un equipo de enema. En general, de preferencia en el mismo domicilio del paciente. El día previo se le administra un medicamento contra la diarrea. Se toman aproximadamente 50 gr de deposiciones y se diluyen en 250 ml de diluyente.

Es tanta la seguridad en este procedimiento, que en la actualidad el Albert Einstein Brand, sugiere en la editorial del Journal of Clinical Gastroenterology de Septiembre 2010, que el procedimiento de trasplante fecal debería ser la primera elección para todo paciente grave que ha sido infestado por Clostridium difficile.

Para mayor información, Scientific American, Dic. 2011.



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