Las Chlamydias y los ataques cardíacos
( Publicado en Revista Creces, Junio 1999 )

Ya desde hace algún tiempo se está culpando a la chlamydias de la hipertensión y los ataques cardíacos. (Creces, septiembre 1998, pág. 34) Incluso se ha conseguido cultivar esta bacteria a partir de muestras tomadas de arterias coronarias. Ahora una nueva investigación parece agregar más evidencia. Un equipo de la Universidad de Boston en Lexington, Massachusettes, estudió un grupo de 3.315 pacientes de 75 años de edad o menos, que tuvieron ataques cardíacos y los compararon con otros 13.139 pareados por sexo y edad, que no habían tenido ataques cardíacos.

Encontraron que el grupo control que no había tenido ataques cardíacos, había recibido más frecuentemente antibióticos durante los últimos 3 años (Journal of American Medical Association, vol. 281, pág. 427, 1999).
Encontraron, también, que el antibiótico "quinolona" disminuía el riesgo de ataque cardíaco en un 55%, mientras que otros antibióticos que eran menos efectivos contra la Chamydia pnueumoniae, no disminuían el riesgo.

Algunos especialistas aún no se deciden a culpar a las chlamydias. Por ello, muchos otros estudios clínicos están en marcha. Entre ellos, Thomas Grayston, un epidemólogo de la universidad de Washington en Seattle, ya está llevando a cabo un gran estudio con miles de personas para ver si el tratamiento con antibióticos disminuye el riesgo de ataques cardíacos. El ensayo dura cuatro años desde 1996.

Pero poco a poco han ido disminuyendo los escépticos, ya que también han aparecido otras evidencias que relacionan el miocardio con la Chlamydias. Se ha comprobado, por ejemplo, que en ratas se puede producir una miocarditis inyectándoles la cadena pesada de la miosina proveniente del músculo del propio corazón (una reacción autoinmune).

Lo interesante es que la Chlamydia introducida por la nariz o vía genital en la rata, puede producir igual efecto, estimulando la producción de linfocitos CD4 y la producción de anticuerpos específicos para la miosina cardíaca. Es decir, la Chlamydia puede desencadenar una activación sistémica de una respuesta autoinmune que gatilla una inflamación del corazón. Todo ello porque un polipéptido de la Chlamydia tiene una estructura muy semejante a la de un trozo de la miosina (Science, febrero 28, 1999, pág. 1335).

A pesar de todas las evidencias que se van acumulando de que las Chamydias están relacionadas con las afecciones cardíacas, los detractores se preguntan ¿Por qué siendo tan frecuentes las infecciones por Chlamydias no se incrementan en la misma proporción las afecciones cardíacas?. Tal vez, una posibilidad es que las Chlamydias para producir afecciones cardíacas, necesitan también de otros factores de riesgo, como el tabaco o la elevación del colesterol sanguíneo.


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