SIDA: terapias que existen pero no para todos
( Publicado en Revista Creces, Marzo 2000 )

Una nueva droga que produce menos efectos secundarios, especialmente en niños, y tratamientos efectivos para evitar la transmisión madre a hijo, son los últimos logros de la medicina moderna para combatir el VIH. Pero a pesar de los avances, la epidemia sigue aumentando. Los tratamientos todavía no están al alcance de todos y millones de niños en el mundo cargan con sus consecuencias. En todo caso, hay alternativas.

Un nuevo medicamento contra el SIDA, que produce menos efectos secundarios y es más sencillo de tomar, podría funcionar mejor que los tratamientos convencionales y beneficiar, especialmente, a los niños infectados con el VIH; indicaron dos artículos publicados en diciembre de 1999 en la Gaceta de Medicina de Nueva Inglaterra.

"Este estudio es realmente revolucionario para el tratamiento del VIH. Se está convirtiendo o ya se convirtió en la primera terapia para combatir el virus" aseguró la investigadora Karen Tashima, de la Universidad de Brown de Rhode Island, en entrevista de Associated Press.

Sustiva, de nombre genérico Efavirenz, fue aprobado en Estados Unidos en 1998 y se ha sumado a los inhibidores de proteasa como uno de los tratamientos de primera línea para enfrentar esta pandemia, que desde sus inicios y hasta fines de 1999, ya ha cobrado la vida de 16 millones de personas en todo el mundo, 3 millones y medio eran niños.


Pequeños pacientes

La combinación de drogas que contienen inhibidores de proteasa, enzima que el VIH necesita para reproducirse, ha hecho del SIDA una enfermedad tratable y mejorado considerablemente la calidad de vida de muchos adultos enfermos. Sin embargo, decir lo mismo de los niños infectados era casi imposible, ya que gran parte de ellos no soporta el complicado y difícil régimen de tratamiento.

Efavirenz, al igual que las primeras drogas contra el SIDA, como el AZT, bloquea la acción de la proteasa, pero la principal ventaja está en que genera menos efectos secundarios, como náuseas, dolores de cabeza, fatiga o sarpullido; y se ingiere sólo una vez al día, a diferencia de otras drogas de terapia combinada que requieren de tres o cuatro dosis diarias.

Cincuenta y siete niños infectados con el VIH, de entre 3 y 16 años, se sometieron al estudio y recibieron una combinación de las drogas efavirenz, nelfinavir y una o más drogas llamadas inhibidores de la transcriptasa reversa no nucleosidos, todas inhibidoras de la proteasa.

Después de 48 semanas de monitoreo, más de la mitad de los pequeños demostraron niveles imperceptibles del VIH en la sangre; lo que se traduce en que los signos de la enfermedad disminuyen o desaparecen, el apetito de los pequeños pacientes mejora, ganan peso y por lo tanto, sufren menos.

"Estos resultados significan que con una potente terapia combinada es posible alcanzar resultados en niños que son impresionantes y comparables con aquellos logrados en adultos ... confiamos en que la esperanza de vida aumente", explicó a Creces el doctor Stuart Starr, Jefe de Inmunología y Enfermedades Infecciosas del Hospital de Niños de Filadelfia y líder del estudio.

Los niños que puedan acceder a esta droga, que cuesta entre 300 y 600 dólares mensuales, podrán llevar mejor esta enfermedad; sin embargo, hoy también existe una alternativa previa, más fácil y menos dolorosa: evitar la transmisión perinatal, opción que principalmente, está en manos de la madre.


Actuar a tiempo

El 90 por ciento de los niños con VIH, se infecta actualmente por transmisión vertical, es decir, de madre a hijo: durante el embarazo, el parto o en la lactancia. El 10% restante adquiere el virus por recibir sangre infectada, usar drogas intravenosas o por abusos sexuales como la prostitución.

Hoy existen herramientas efectivas para evitar que los niños carguen con el VIH. La primera es el aconsejamiento voluntario y prueba, en donde la madre infectada, se somete voluntariamente a un test de VIH, como el de Eliza, y se informa acerca de las implicaciones de una prueba positiva o negativa, las probabilidades, los riesgos y alternativas con las que cuenta, algunas de ellas muy eficaces.

Por ejemplo, los científicos determinaron en 1994 que administrar la droga zidovudina (formalmente conocida como AZT) durante el embarazo y el nacimiento puede reducir en dos tercios la posibilidad que una madre infectada traspase el VIH a su hijo.

Seis años después y "con la experiencia acumulada, las probabilidades han disminuido aún más, en algunos países hasta un dos o tres por ciento", aseguró a Creces el doctor Fernando Zacarías, coordinador del programa regional de SIDA y enfermedades de transmisión sexual de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Mucho es lo que se ha avanzado en la investigación del VIH y los científicos no se detienen buscando armas para combatirlo. Para el doctor Starr "una vez que se desarrolle un régimen adecuado, la siguiente etapa será tratar de erradicar las reservas del VIH en el cuerpo. Esto se debería realizar a través de inmunoterapia incluyendo inmunización con una vacuna VIH".


Un costoso tratamiento

La terapia combinada, usando medicamentos antirretrovirales, está disponible y por primera vez ofrece una esperanza real de controlar la infección del VIH, pero el tratamiento es costoso y muchas naciones en vías de desarrollo no poseen la capacidad para suministrar las drogas necesarias a los afectados.

El VIH ha tenido el mayor impacto en los países de Africa del Sur, Asia y América Latina, en donde se concentra el 90 por ciento de los niños que viven con el virus y sus consecuencias.

Los factores económicos y de acceso a los tratamientos constituyen el centro del problema: mientras en Suiza el 20 por ciento de los niños contagiados vive más de diez años, en Zambia el 66 por ciento de los pequeños infectados muere antes de llegar a los tres.

En el sistema de salud pública Latinoamericano, por ejemplo, las facilidades para acceder al test prenatal a nivel general están dadas, pero el tratamiento del AZT para estos fines no está disponible en todos los países.

En todo caso, aseguró el doctor Zacarías, "yo tengo la esperanza de que en los próximos cinco años se puedan ofrecer, universalmente, estos tratamientos... se considera una prioridad, tanto a nivel gubernamental como al de las ONGs y cada vez más países se están involucrando, entre estos Chile".

Si el sueño se hace realidad, en un mediano plazo se podría detener considerablemente la transmisión del VIH de una madre a su hijo. Sin embargo, la batalla no termina ahí ya que todavía quedan pendientes la terapia de las madres infectadas y los once millones de huérfanos de esta enfermedad que hoy existen a nivel mundial.

Treinta y tres millones de personas viven hoy con el virus del SIDA y los casos siguen aumentando. La mayor parte de las infecciones ocurre,m principalmente, por las relaciones sexuales sin protección, y en América Latina el principal foco de la epidemia sigue estando entre homosexuales, aunque el contagio por relaciones heterosexuales no deja de ser importante.

Para frenar el impacto y extensión de la enfermedad, aseguran los expertos, es necesario diseñar fuertes programas de prevención, como el de Suiza, centrados en superar la ignorancia, la desinformación y los temores acerca de la infección mediante una comunicación abierta.

De esta manera, las personas directamente afectadas por el VIH pueden saber cómo y dónde pedir ayuda, y el resto dar muestras de apoyo y solidaridad hacia ellas. El doctor Zacarías advierte que, aunque la falta de recursos es importante, "lo más grave es que la población deje de pensar que el SIDA es un problema".




Por Andrea Henríquez Gárate.

Desde Atlanta, Georgia



0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada