Después de la Segunda Guerra Mundial, el recurso pesca comenzó a explotarse intensamente y la captura se incrementó en forma notable, superando al aumento vegetativo de la población. Es así como en 1950, la captura alcanzaba a 8 kilos per cápita por año, y en 1970, ésta se había elevado a 18 kilos per cápita. Pero de allí en adelante esta cifra expresada "per cápita" parece haberse estabilizado. Todo ello a pesar que las flotas pesqueras y sus capacidades durante este último período, se han duplicado, habiéndose además perfeccionadonotablemente las tecnologías de pesca.

Según FAO, ya la pesca no es un buen negocio y sus estimaciones señalan que actualmente las pérdidas de las flotas exceden los 50.000 millones de dólares. El negocio se mantiene por el subsidio de los diferentes gobiernos.


Daños del fondo del mar

Según los ecologistas todo esto no sólo está llevando a una peligrosa sobre explotación, sino que además, las nuevas tecnologías de arrastre están devastando el suelo marino. En una reunión reciente de la Society for Conservation Biology en Victoria, British Columbia, los investigadores mostraron antecedentes que señalaban que se estaba dañando seriamente la biodiversidad marina. También manifestaron su preocupación la disminución de los stocks, causados por la excesiva explotación.

Más grave es la tecnología ahora empleada de pesca de arrastre y dragado del fondo marino, que prácticamente bo dejan nada. Grandes barcos, con enormes redes, practicamente barren los fondos marinos, pasando a llevar prewns, animales de conchas, y peces como el bacalao y la merluza. Esta está siendo la técnica más usada y en algunas aguas con tanta intensidad, que cada hectárea de fondo de mar, es barrida hasta siete veces en el año (New Scientist, junio 14, 1997). En su paso destruyen esponjas y todos los invertebrados que viven adheridos al fondo marino y a sus formas irregulares.

Hasta hace algún tiempo se estaban salvando los fondos marinos irregulares, con rocas y montañas, ya que se destruían las redes y los barcos los eludian. Pero desde hace varios años, también hasta allí han llegado los barcos sacando provecho de nuevas tecnologías que les permiten sun riesgo dragar también el fondo. Para ello usan sonares y máquinas que levantan las redes, cuando se presenta algún obstáculo que podría romper la red. Estoa espacios que se podrían considerar como el equivalente a los bosques nativos, también estám siendo destruidos.

Afortunadamente, el daño parece recuperable si se deja actuar tan agresivamente. Jeremy Collie y sus colaboradores de la Universidad de Rhode Island, han estado monitoreando un área que ha estado cerrada a la pesca desde 1994, se ha observado en este corto período, una gran recuperación. En el fondo marino, el número de animales mayores de 5 milímetros se incrementó cuatro veces, mientras que también se dobló la diversidad de especies.

El daño producido por este intensivo drenaje, varía de un lugar a otro. Así por ejemplo, en Escocia un submarino que ha estado observando desde 1960, no ha encontrado ningún pescado. En otras partes el daño no es tan intenso, pero en general este es intenso en mares profundos y planos.

Parece lógico pensar que precísamente en estas áreas, los gobiernos deberían prohibir este tipo de pesca, para dejarlo sólo reservado para aquellas áreas de superficies irregulares con protección natural y en que haya movimiento por mareas y corrientes. Pero tal vez lo mas importante es disminuir esta pesca itensiva, dejando subsidiar a esta excesiva flota pesquera que existe en la actualidad. Para nosotros es indispensable proteger las 200 millas marinas y además aprender de estos excesos.