( Creces, 2014 )
Seguramente que los Neanderthalianos y los humanos tuvieron un origen común, a juzgar por las semejanzas de sus genomas, como también por sus apariencias físicas. Pero en algún momento, en un lejano pasado, se separaron y evolucionaron cada uno por su cuenta. Más tarde, hace 80 mil años, se volvieron a reencontrar en Europa y Asia. Ahora los antropólogos y genetistas han podido comparar los genomas de humanos modernos con los Neanderthalianos, comprobando que a pesar de las diferencias físicas y culturales, pequeños grupos llegaron a cruzarse y tuvieron descendencias, pero estas no fueron permanentes, ya que la reproducción no pudo continuarse. Con todo, dejaron su huella en el genoma humano, ya que entre el 2 y 3% de sus actuales genes provienen de Neanderthalianos.