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    ( Publicado en Revista Creces, Enero 1997 )

    En el avance en el estudio de los genes y su uso para predecir enfermedades incluso antes que aparezcan, constituye sin duda un progreso importante de la medicina. Sin embargo, existe el temor de la mala utilización de estas informaciones que pueden llevar a discriminar a quienes posean genes defectuosos. Podrían por ejemplo, discriminar las compañías de seguros o empleadores frente a sus potenciales clientes, al exigir exámenes previos para hacer los contratos de las pólizas o de trabajos. Podrían estas instituciones excluir o discriminar según lo indicaran los genes defectuosos de quien desee asegurarse, o la empresa podría rechazar a postulantes que tengan posibilidades ciertas de ser portadores de genes causantes de enfermedades que aparecerían más adelante. Lo que es más grave, ellos pueden llevar también a la implementación de medidas eugénicas. Esto último ya ha dejado de ser un temor para convertirse en una realidad. Tal es el caso de China, país que ya alcanza los mil doscientos millones de habitantes y que el 01 de Junio de 1995 aprobó una ley de esta naturaleza. De acuerdo a esta legislación, las parejas que deseen casarse tienen previamente que someterse a exámenes de sus genes para detectar errores genéticos y desórdenes mentales, que aun cuando no se hayan hecho aparentes en ellos, podría afectar a sus hijos. A los portadores de genes inapropiados se les prohíbe el matrimonio y sólo se permitiría si la pareja acepta la esterilización previa. La ley reserva al Estado de decidir que exámenes y para que enfermedades correría esta prohibición (New Scientist. Noviembre 16, 1996, pág. 4).

      ( Publicado en Revista Creces, Mayo 2000 )

      Ya está por completarse el genoma humano. Se ha secuenciado también el genoma de bacterias y levaduras y de pequeños organismos multicelulares, como la lombriz "Caenorhabditis elegants" (Por primera vez se ha secuenciado el genoma completo de un ser multicelular) y el de la drosofila o mosca de la fruta (El genoma de la mosca de la fruta) . Pero también se está secuenciando el genoma de las plantas. Hace un mes los investigadores anunciaron que habían completado la secuenciación de dos cromosomas de una planta, la "Arabidopsis thaliana", una pequeña planta que los genetistas vegetales han estado utilizando como modelo por su aparente sencillez, ya que sólo tiene cinco cromosomas. Afirman que al finalizar el año, habrán terminado de secuenciar el resto de su genoma (Science, Enero 21, pág. 412, 2000). También se ha comenzado a secuenciar el genoma de plantas mayores, incluyendo el arroz, cuyos genomas son mucho más complejos. Basta señalar que el genoma de la arabidopsis tiene 110 megabases de DNA, mientras que el del maíz tiene 4.500 megabases de DNA.

        ( Creces, 2009 )

        Alfonso Valenzuela B.* ¡Somos lo que comemos!, esa premisa la hemos escuchado desde siempre, y aceptamos que tiene fundamento científico, ya que de alguna manera la composición de nuestro organismo refleja la composición de nuestra dieta, al menos en el largo plazo. Desde este punto de vista, los ácidos grasos, son quizás los nutrientes que mejor reflejan, junto con los microminerales, el contenido de la dieta en la composición de nuestro organismo. Ahora bien, ¿actualmente comemos lo que deberíamos comer?, al parecer no es así. Este artículo pretende esbozar cómo ha evolucionado la nutrición desde el punto de vista bioquímico, desde nuestros más lejanos antepasados hasta hoy día, particularmente en el rol que han tenido los ácidos grasos omega-3 de origen marino. Nuestra genética, al parecer, sigue siendo un patrimonio de información similar al que tenían nuestros antecesores de la edad de piedra (1). Las mutaciones con efecto positivo, desde el punto de vista evolutivo, ocurren aproximadamente cada cien mil años, por lo cual, según el registro fósil que tenemos de los primeros homínidos, no deberíamos registrar más de 20 o 30 mutaciones con efecto positivo en nuestra nutrición. Por el contrario, también se han producido mutaciones con efecto negativo, y que han modificado nuestra capacidad de adaptación al medio ambiente y/o nutrición. Un ejemplo es la pérdida de la capacidad para biosintetizar el ácido ascórbico a partir de la glucosa por deficiencia de la enzima 1-gluconolactona oxidasa, capacidad que sí tienen otros mamíferos, pero no los primates, incluidos los humanos (2), lo cual nos deja sensibles a su carencia nutricional, la que en el pasado se reflejó en una gran incidencia de escorbuto en numerosas poblaciones. ¿Genética de la edad de piedra y nutrición de la era espacial?, al parecer así es. Nuestro patrimonio genético no ha variado o ha variado muy poco, pero la nutrición actual es notablemente diferente a la de nuestros ancestros. La figura 1 muestra el cuadro evolutivo de los primates, en el cual se han elegido cuatro estadios del desarrollo evolutivo del hombre, y sobre quienes discutiremos acerca de su nutrición y desarrollo (3).

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