Para combatirla se requiere con urgencia disponer de nuevas drogas, que actúen en semanas y no en meses, como las que se dispone actualmente. Se requiere además, de nuevas drogas contra las cuales el germen no desarrolle resistencia. Desde hace demasiado tiempo que se están buscando estas nuevas armas. Basta señalar que en los últimos 30 años se ha logrado desarrollar una nueva droga (refapentina), que por lo demás es sólo un derivado de un antiguo antibiótico.

Pero recientemente ha aparecido una nueva y promisoria droga, que cumple con estos requisitos. Se trata de la P-824, que ha nacido de una asociación entre Chiron Corporation de Emeryville, California y Global Alliance for TB Drug Development. Pronto ya estará en el mercado.

Los estudios experimentales de la P-824 demuestran que es efectiva, tanto contra las bacterias ordinarias de la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis) como también contra aquellas que ya se han hecho resistentes a los otros antibióticos que se han estado usando durante los últimos 50 años. Según los expertos de la Organización Mundial de la Salud "se trata de un interesante antibiótico, que pertenece a una categoría totalmente diferente a los hasta hoy conocidos". (New Scientist, Febrero 2002, pág. 7).