La sonda Cassini se sumerge en los anillos de Saturno
( Creces, 2017 )

La sonda Cassini es un vehículo orbital no tripulado que se lanzó desde la Tierra en el año 1997 y que se controla a distancia con comandos, cuyas instrucciones demoran entre 64 y 84 minutos en llegar. En la actualidad (2017) se prepara para obtener imágenes más cercanas del planeta Saturno y de sus anillos, para finalmente estrellarse contra él.

El primero de junio del 2004, la Nave Cassini llegó a las proximidades del planeta Saturno y allí encendió sus cohetes para ubicarse en una órbita que debería mantener durante 4 años (figura 1). Su objetivo era analizar el planeta gigante, sus hermosos anillos y tratar de entender mejor la formación de sus lunas (La Nave Cassini arribó a Saturno). Ahora (2017) ha iniciado lo que se ha calificado como, "El gran final de Cassini". Ello culminará el 15 de septiembre del presente año (2017). Es así como después de casi 20 años de su lanzamiento, cuando la nave se precipite contra la atmósfera de Saturno, pondrá término a sus 13 años de investigación.

Desde el 2004, fecha en que Cassini se puso en órbita alrededor de Saturno, ha estado tomando miles de impresionantes fotografías del planeta, de sus anillos y de sus lunas (Cassini visita la luna Enceladus y llaman la atención sus muchas peculiaridades), (El porqué de la cresta de Lapetus, la luna de Saturno), (Imágenes de Titán enviada por Cassini-Huygens). A lo largo de su misión ha estado continuamente revelando nuevas estructuras y observando a su vez las variables con el tiempo en el planeta gigante.

Ahora viene su "gran final", que en la primera parte comprende 20 órbitas elípticas alrededor del planeta, lo que la agencia espacial de Estados Unidos ha denominado como "pastoreo de anillos". Ello involucra acercarse, penetrarlos y tomar muestras de partículas y gases de sus estructuras, conformadas según se cree, por miles y miles de fragmentos de hielo.

Los estudios se centrarán en el anillo A (el primero descubierto) y el F, que se sitúa inmediatamente al lado por el exterior (figura 2), señala Linda Spilker, científica responsable de la misión Cassini.

Cassini va a volar por el borde del anillo F, que mide apenas 500 kilómetros de ancho (casi todos los demás miden a lo menos 5 mil kilómetros y algunos superan los 25 mil) y está en un cambio constante con corrientes brillantes y formación de tenues filamentos que en ocasiones fluyen hacia fuera. La luna Prometeo entra y sale del anillo, dejando una especie de canales en su interior.

El interés principal es observar estructuras bautizadas como hélices. Se trata de diminutas lunas que abren pequeñas brechas en el interior de los anillos. "Estas no son lo suficientemente grandes como para abrir grandes brechas como las que separan los anillos entre sí", señala Spilker. "Son parecidas a los planetesimales, es decir a los componentes básicos que dieron forma a los planetas de nuestro sistema solar y de otros en el resto del universo".

Al estar Cassini directamente encima de estas estructuras, podrá mostrar sus detalles. Su resolución será cuatro a cinco veces mayor que las que se han obtenido hasta ahora.

Al completar las 20 órbitas los científicos esperan medir por primera vez la masa de los anillos. "Será muy emocionante, porque eso nos entregará información sobre su antigüedad. Si son más masivos de lo esperado, podrían ser tan antiguos como Saturno mismo y su origen estaría relacionado con el material que sobró de la formación del planeta, hace 4.500 millones de años. En cambio, si son menos masivos, tal vez los anillos habrían resultado de un choque de un cometa o de una luna que se aproximó demasiado y fue desintegrada por la gravedad del planeta gigante. Esto podría haber ocurrido hace unos 100 millones de años", comenta Spilker.

Luego de su visita cercana a los anillos, Cassini realizará otras 22 órbitas aún más profundas que el borde interior del sistema de anillos, para alcanzar la mayor aproximación al planeta, a una distancia jamás obtenida por una nave terrestre. Cada órbita tomará seis días, lo que le permitirá medir la gravedad y los campos magnéticos, lo que daría antecedentes de su interior. Luego continuaría trasmitiendo y enviando información hasta su momento final, por agotamiento de su combustible.



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